Mientras esperamos con impaciencia el debut del equipo español, al que algunos prefieren llamar la roja, mi interés se ha centrado más en lo de casa; en el laberinto del Valencia, que tiene a David Silva allá, pero ve cómo unos lo sitúan en Londres y otros en Milán, Madrid, Barcelona o Manchester. Por treinta y tantos millones cualquier destino parece bueno.
A pesar de que hasta ahora Sudafrica'2010 se resume en un par de sorpresas, buenas intervenciones, nubosidad variable y la enorme pifia del portero inglés, cuanto se dice y se escribe también me ha mantenido ocupado. Sobre todo he disfrutado con los apuntes festivos de Francisco García Pérez, que alude a expresiones que ya oímos, y vamos a seguir oyendo e incluso escuchando.
Su texto me ha llevado a desempolvar un libro, 'Los monos de la crónica', que en 1987 me publicó Federico Doménech S.A. Un volumen mitad texto, mitad dibujo, que describe las perlas que utilizamos con frecuencia los profesionales de la información deportiva, a las que no me resisto a añadir una de las que ahora nos brinda el filólogo asturiano: «¿Qué es esa cosa tan antigua de 'el cuero golpea el palo', con la de tiempo que hace que ni el balón es de cuero ni las porterías de madera? ¿A qué esperamos para dar un impulso definitivo al gran idioma español gritando que Fernando Torres 'estrelló el polipropileno en el aluminio anodizado'?»
Pues, eso; mientras esperamos el debut español y el desenlace del futuro de Silva, no viene mal una bocanada de aire fresco.
108. (Las Provincias, 14 de junio de 2010)
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