La roja ha de despojarse del smoking y ponerse un mono de faena. Sólo vale ganar. Después de cinco días de penitencia, ha llegado el momento de dar la cara, de sacarse la espina, de sacudirse las críticas, unas coherentes otras exacerbadas, y en muchos casos acompañadas de delirantes argumentos de mentes calenturientas.
Resulta imprescindible aprovechar cada instante. Carpe diem. Probablemente, en su residencia de Picassent, Manuel Llorente también escuchará a Juan Manuel. 'Hoy puede ser un gran día, donde todo está por descubrir'. El presidente del Valencia, eso lo lleva implícito en el sueldo, es de los que no descansan y, mientras escucha los tambores ¿de guerra? que resuenan en la lejanía, seguro que le da vueltas y más vueltas al horizonte blanquinegro; cada vez más negro que blanco.
Manolo es vendedor por naturaleza pero, además, en esta etapa de vacas flacas, se hace más necesario desprenderse de activos. Y si los compradores no llegan, pues habrá que patear la calle el doble, aunque sea para acabar vendiendo lo mismo, y a la vez resultará imprescindible apretar algunas tuercas y que ese criterio lleve emparejado echar mano de las tijeras. Pero no para reducir el gasto del papel higiénico o de las botellas de lejía, que al año es peccata minuta. No. Se trata de rebajar gastos de verdad. Sacar la guadaña para quitar las malas hierbas, o por lo menos para que el césped no esté tan crecido y permita que el balón ruede mejor...
Bueno, pero todo esto Manolo lo sabe muy bien. Tan bien como Del Bosque conoce que 'hoy puede ser un gran día, ¡duro, duro, duro con él!'
111. (Las Provincias, 21 de junio de 2010)
No hay comentarios:
Publicar un comentario