En estas fecha cada año apostamos por los mejores propósitos
y cada cual establece sus compromisos. Están los que deciden dejar de fumar,
los que quieren aprender inglés, o quienes optan por hacer régimen y ser
constantes en el gimnasio. Luego, al poco tiempo, pasa lo que pasa...
En el Valencia no se puede bajar la guardia como quien
abandona el compromiso de dejar el tabaco. No es cosa de fuerza de voluntad.
Hay demasiado en juego. Mucha presión e incertidumbre y eso exige cambiar el chip,
que dicen los futboleros.
Ahora mismo la tensión que rodea lo deportivo se ha reflejado
en lo poco que se piensa en los aficionados más pequeños, que estos días tienen
vacaciones pero no pueden ver a sus ídolos porque los entrenamientos son todos
a puerta cerrada. Y después hay quejas por el descenso de espectadores.
Seguimos. En 2013 el Valencia ha de hacer muchos codos para aprobar
el examen final. La batalla es diaria y se libra en muchos frentes. El
deportivo exige resultados inmediatos, mayor rendimiento de las incorporaciones
y menos decepciones en los fichajes. El social, ya saben, va desde la
refinanciación de la deuda a la reanudación de las obras del nuevo estadio,
pasando por el futuro de la Fundación... Hablar de todo esto suena a un déjà
vu, ¿no? ¿Viene del año pasado, del anterior o del otro? Sin duda es más de lo
mismo. Pero la respuesta que ahora se dé no ha de ser igual, porque si no el
resultado seguirá siendo el mismo. Y eso no es.
490 (Publicado en Las Provincias, el 2 de enero de 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario