El Flaco
arrancó la temporada con el amplio colchón de confianza que se otorga a quien
empieza. Sin embargo conforme fueron transcurriendo las semanas los muelles se
oxidaron, la lana se apelmazó por los deficientes resultados, y aquello que se
"vendió" como un viscoelástico
acabó siendo un humilde jergón. En cambio Valverde llegó con el agobio de las
prisas y el equipo ha conseguido remontar el vuelo y ofrecer una imagen de
optimismo., porque ya asoma el bigote a las posiciones de Europa League.
Sin embargo
la Liga es una carrera de fondo y lo que
cuenta es el final, aunque conviene ir modulando los resultados que se obtengan
en los diferentes pasos a los largo del itinerario. Las dos victorias
consecutivas sobre Getafe y Granada dan crédito, pero necesitan acompañamiento.
Es una exigencia.
¿La cuesta
de enero? Al observar el calendario inmediato, algunos pueden mostrar
preocupación por la talla de los rivales y además aludir al peligro que
conlleva el miedo escénico. Otros, en cambio, recordamos que el equipo siempre
se crece ante las dificultades, y que
además es mejor jugar en casa, arropado por la propia afición, aunque a veces
sea muy crítica, que ese requerimiento nunca está de más.
Por eso, aparte de resolver mañana la ya encauzada
eliminatoria de Copa con el Atlético
Osasuna, es fundamental ver la respuesta que da el equipo cuando reciba de
forma consecutiva al Sevilla y Real Madrid, y tras viajar a A Coruña, al Barça.
Como si fuera la pregunta a un chaval, enero establecerá qué quiere ser el
Valencia cuando sea mayor.
492 (Publicado en Las Provincias, el 7 de enero de 2012)
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