La visión desde la lejanía que mucha gente tiene del Valencia, difiere bastante de la de bastantes asiduos a Mestalla. Son dos mundos opuestos. Y a ver cómo los más críticos les explican a los foráneos, para dolor propio, que la imagen que el equipo ofreció en el Bernabéu no ha sido ni es la habitual. Ojalá, aunque eso sí, hasta hace bien poco los números reflejaban que la tercera plaza se iba a conseguir con la gorra.
Pero el fútbol está lleno de paradojas y de quimeras. Después del buen partido que el Valencia hizo contra el líder, (algunos aficionados, hartos de tanto penar, celebraron el empate como si fuera un título), el Málaga hizo que se esfumara la ansiada tercera plaza, ese lugar que para los que no gozan del máximo favor en el reparto televisivo, supone lo máximo. Por eso lo que está haciendo el Levante es para enmarcar. Pero eso es otra historia, que diría el entrañable Moustache de “Irma la dulce”.
Europa League aparte, quedan siete jornadas de Liga y el Málaga se ha metido por delante. Aunque sus compromisos inmediatos aparentemente son bastante más embarazosos (Valencia, Barça, Atlético…) no conviene olvidar que el que va delante depende de sí mismo y que por otra parte los rivales que tiene el Valencia deambulan en mitad de la tabla, como el Rayo, y esos, precisamente son los que se le atragantan.
¿Entonces perdemos la confianza? Ni hablar, proclama el valencianismo. ¿Ni aunque siga sin convocar a Albelda? Ni así. Además... De Albelda y de Soldado hablaremos otro día. Ahora, después del buen juego ante el AZ y en el Bernabéu, sólo vamos a pensar en que se acabó la canción del pasito p’alante, María, y el pasito p’atrás. Que es la “refitiniva”. El equipo le ha visto las orejas al lobo, no se va a dormir en los laureles y el optimismo es total. ¡Hombre! Fíjate si es así que el presidente, que el día de la goleada en el Camp Nou se olvidó de bajar al vestuario a repartir ánimos, en el Bernabéu no dudó en posar con Piatti y Jordi Alba, ambos con el torso al aire, sacando pecho. ¡Esto está “ganao”!
383 (Publicado en Las Provincias el 11 de abril de 2004)
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