Como decía aquél, según las estadísticas las estadísticas no son muy de fiar. Y esto viene a cuento porque, por mucho que al Valencia le envuelva cierto halo de favorito por haber salido airoso de los cuatro últimos duelos a doble partido, el Barça de Guardiola tiene algunas simientes de aquél último, pero la realidad y los números determinan que dista mucho del que dirigieron Van Gaal o Rijkaard. Probabalemtne para el Valencia hubiera sido mucho más favorable un duelo a un solo partido. Seguro que Unai lo hubiera preferido. Primero porque podría dar más descanso a los jugadores para afrontar la batalla liguera, y segundo porque a encuentro único los planteamientos son diferentes. Aquí no valen especulaciones. Sin tiempo para enmendar errores, es necesario ir de cara, como a él más le gusta. Pero es lo que hay. A pesar de que nadie puede poner en duda que el Valencia es capaz de bajar los humos al Barça, alguien recordará que los marcadores de los últimos en la Liga no le han sido favorables, y entre tanto otros se aferrarán a los "casis" y a que eso no es más que agua pasada. Claro, si es para los enfrentamientos a 180 minutos, también lo será para esto.
Ausencias al margen, en la eliminatoria aparecen dos circunstancias que van a tener un enorme peso. Una es el factor campo. Aunque hoy se llene Mestalla, la rúbrica hay que ponerla la semana que viene en el Camp Nou... La otra es el hecho de que la Copa es un bocado muy apetecible. El Barça, alejado del título de Liga, debe tener hambre. Pero resulta que en este torneo el Valencia es muy goloso.
356 (Publicado en Las Provincias el 1 de febrero de 2012)
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