Partido flojito al margen, al final se logró el objetivo. Misión cumplida. Es lo que tocaba. Después del estocazo en Britania era obligatorio el descabello en Valencia para adentrarse en la siguiente ronda y seguir ilusionando a una afición que continúa pensando en un título, porque además sus jugadores se lo dicen así. De palabra, eso sí, pero lo dicen. Pero ahora mismo hay que mirar ya al Sevilla, que el domingo acudirá a Mestalla con once puntos de desventaja. Tiempo habrá de pensar en el PSV Eindhoven, que por cierto vendrá a Valencia en vísperas de la semana fallera. Pero en estos momentos hay que poner los cinco sentidos en el compromiso de Liga. El partido con los andaluces ha de servir para afianzar la ventaja. Para echar raya en la tabla. Porque mirando la clasificación, como dice un amigo mío, el Valencia lo tiene “chupaito”, y a menos que cometa errores imperdonables, va a conseguir la tercera plaza con la gorra. No hay más que mirar qué es lo que han hecho y están haciendo los rivales. Prácticamente aparecen a igual distancia del Valencia que de los puestos de descenso. Otrosí digo: Como era de esperar, no habría que ser Rappel, Unai le dio ayer la titularidad a Dani Parejo, que por tercera vez en la temporada disputó los noventa minutos. Sin llegar a destacar, el jugador madrileño mostró más criterio que en otras participaciones. Pero hay que verlo más y habrá que esperar al domingo para ver si continúa esa confianza y no es flor de un día.
365 (Publicado en Las Provincias, 24 de febrero de 2011)
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