6/2/12

Ensayo general para el Camp Nou

­Aunque los entrenadores se empeñan en hacernos creer en eso de no mirar más allá del encuentro inmediato, lo de ir partido a partido, e insisten en que sólo piensan en el del momento, seguro que en situaciones como la de ayer no fue así. No creo que Unai Emery aparcara un solo instante el horizonte inmediato, porque el miércoles el Valencia se juega en el Camp Nou el pase a la final de la Copa del Rey. Seguro que no. A pesar de que en el Vicente Calderón el técnico de Fuenterrabía presentó una alineación sin excesivas reservas, lo que en este caso le avala, porque se trataba de reforzar la tercera plaza de la Liga, y lo consiguió.
­En Madrid el Valencia dijo que va a más. Al revés de lo que nos está explicando el comedido Rajoy en cada intervención. No ha ganado todavía en el nuevo año, pero la buena actitud defensiva y la ambición ante un equipo que no había perdido desde que llegó Simeone, ofrecen satisfacción y se puede entender como una especie de ensayo general para lo que se avecina en Barcelona. ­En el Camp Nou al Valencia le va a esperar el más difícil todavía. A las lógicas dificultades que entraña ganar a un equipo que lo borda y juega al escondite con el balón (y no lo digo porque Pinto se pueda transformar en el ‘MàgicAndreu y se lo haga desaparecer bajo la axila), se une la presión de jugar en terreno contrario, con la necesidad de marcar por el empate a uno de Mestalla. Sin embargo, por otro lado podría pesarles el exceso de motivación (que es lo debería aprovechar el Valencia) pues ven como el Madrid mantiene diferencias y, con un presupuesto que como el de los del Bernabéu supera con creces el de todos los demás, no se puede permitir dejar pasar la oportunidad de lograr un título. ­La eliminatoria, se quiera o no, está marcada por el error arbitral de González González que vio todo el mundo, y para este partido hay dos cosas fundamentales: mantener la intensidad como ayer en Madrid y, como decía aquel, «no pido que me den, pero por favor, que no me quiten…»
358 (Publicado en Las Provincias el 6 de febrero de 2012)







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