18/7/11

Éver y el cuento de la lechera

La decepción de la albiceleste en la Copa América también ha hecho daño al Valencia. Para los hinchas argentinos siempre es un bofetón de desencanto perder una copa, que además se disputa en casa. Para los de Mestalla la frustración llegó de rebote y ha sido puramente económica.
En el Valencia, sin airearlo, habían considerado el torneo continental como un inmejorable escaparate para colocar al mediocentro Éver Banega. Una buena forma de buscar salida a un jugador que en cuatro años en España sigue sin generar entusiasmo por su juego y que además ha tenido algún que otro rifirrafe con su entrenador, Unai, que preferiría verlo fuera del grupo.
Como en Italia dicen que el Inter se ha interesado por Éver y aquí Braulio Vázquez ha afirmado que Parejo llega como organizador, la hipotética marcha del argentino, más que un problema sería un alivio. Tendría relevo y los euros que se ingresaran por él se destinarían al fichaje de un central, que es la prioridad de Unai. Pero eso es el cuento de la lechera. Visto lo visto en la Copa América, todo sigue igual.
Ni se trata ahora de enumerar las virtudes del futbolista de Rosario ni tampoco de airear sus incapacidades. Todos conocen lo que puede dar de sí. Éver lleva tiempo en España como para descubrirlo, aunque eso no es óbice para que a nadie se le escape que en el caso de que en la Copa América se hubiera hecho notar para bien, su caché habría subido bastantes enteros en beneficio de todos; suyo propio y del club que en 2007 pagó por él más de 16 millones de euros.
Una cosa es el deseo y otra la realidad. En el torneo, Batista encomendó a Éver la responsabilidad de conducir al equipo. Igual que en Mestalla. Y cuando Argentina empató frente a Bolivia y Colombia y evidenció un desajuste entre la defensa y el ataque, al seleccionador no se le ocurrió otra cosa que acentuarlo al incorporar un delantero y borrar de un plumazo al volante del Valencia, que sigue sin corresponder; como aquí, donde le quedan dos años de contrato.

273. (Publicado en Las Provincias, el 18 de julio de 2011)




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