Todo lo que sea sumar siempre alegra al aficionado y en este caso más porque parece que el equipo anda algo justito en la línea de contención. Pero aparte, lo del defensa lateral, para Unai seguro que llevaría emparejado un enorme alivio personal. Yo sé lo que digo y ustedes también, ¿no?
Pero todo no son satisfacciones. Como también se insiste tanto en la marcha de Juan Mata al fútbol inglés, a algunos, como a mi amigo el valencianista, les cambia el semblante y andan pero que muy preocupados por esa posible pérdida. «Si el Barça se lleva a Cesc, verás como el Arsenal vendrá a por Mata», reitera, malhumorado, porque le joroba tener que depender de los demás. Y con sus recelos, mi amigo no hace más que aumentar la inquietud de los que estamos a su alrededor. ¡Mira que si antes de acabar esta columna el jugador del Valencia ha hecho las maletas para viajar a Londres! No creo, tú, aunque en esto del fútbol nunca se puede asegurar ni lo del agua ni lo del cura.
Respecto a Éver también detecto entre los aficionados cierto estado de turbación. Sin embargo, en este caso el sentimiento no sólo es diferente: es radicalmente opuesto. Dicen que el Inter de Milán está interesado en él. Pues mira qué bien. Para Llorente y Braulio el traspaso sería una medalla y para Unai, otro bálsamo.
Hay un trecho entre Juan y Éver. Probablemente en el asunto de Mata no habrá solución si los "gunners" vienen con la pasta gansa por delante. Pero en lo otro... En la columna del martes pedí al presidente que pusiera el punto y final a las reiteradas necedades y hoy me reitero porque, como dijo no sé quién, la vida es una calle de sentido único.
278. (Publicado en Las Provincias, 29 de julio de 2011)
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