11/2/11

La voz de la conciencia

La visita que Mas hizo el lunes a la Moncloa y la consiguiente autorización de la deuda suplementaria de Cataluña por el despilfarro del tripartito va a traer cola. Indigna el presumible trato de favor pero a la vez trae a la memoria la situación que ha vivido el Valencia en los últimos años.
Endeudado hasta las cejas por las probablemente demandables gestiones de recientes dirigentes, el club necesitó ayuda financiera. Y recibió especial apoyo, aunque con el aval de haber hecho bien los deberes. La reciente deuda de 550 millones ha bajado a 400. Eso exige un desembolso diario superior a los 40.000 euros (cerca de 15 millones anuales), pero se va cumpliendo la hoja ruta. Si esto sigue así, no habrá peros que valgan.
Hace unos días coincidí en una tertulia con Vicente Andreu, asesor del Valencia y ex consejero. Antes de la cita revisé algunos datos de la gestión que, bajo la presidencia de Arturo Tuzón, él llevó a cabo junto a Ramón Aznar, Germán Marco y compañía. Entonces no sólo se rebajó la deuda, sino que se aumentó el número de socios que había caído de forma alarmante.
Aunque el debate radiofónico se centró en la actualidad deportiva y en los contrastes de decepción (por el juego) y alegría (por los resultados) que ofrece el equipo, cuando los cafés reemplazaron a los micros recordamos aquel 1986 en el que el club salió del pozo de la Segunda y de la sima económica. Desde entonces hasta 1994 el Valencia navegó con presupuestos equilibrados, en todos los casos con superávit.
Andreu fue muy conciso. El secreto fue el abc de la economía. Reducir gastos y mirar hacia la cantera. ¡Ah!, y aunque no dijo, resultó decisivo que en el consejo hubiera un 'pepito grillo', una conciencia discrepante, para que nadie se durmiera en los laureles. A lo mejor es lo que ahora le falta al grupo actual. Pero Vicente tiene experiencia en ese papel.
209. (Publicado en Las Provincias, 11 de febrero de 2011)

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