Ahora hay que mirar ya al encuentro del lunes, con el Atlético Osasuna, y también a que Competición dé su veredicto sobre la sanción que le impone a Albelda por su expulsión en Madrid. Entre tanto se puede especular en torno a qué rival corresponderá en la siguiente ronda del torneo continental. Y punto, pero punto y seguido, porque hay un par de asuntos más que no es cuestión de pasar por alto.
Primero, el relativo a genio y figura de Llorente, que al acabar el partido del Bernabéu soltó lo de «cuando no son los árbitros, son los árbitros». La proposición es compartida. ¡Bien, por Manolo! Pero sería más provechoso para el Valencia que elevara la voz en las reuniones que mantiene con el resto de presidentes para poner en solfa la vergüenza arbitral, y que pusiera los puntos sobre las íes en el reparto televisivo. Porque la otra postura es vestirse con el traje de Zapatero, cuya respuesta a los controladores ha sido ponerse el disfraz de avestruz.
Y segundo, las necedades y sandeces que dicen algunos periodistas de la meseta, que a la hora de manifestarse en una tertulia o escribir cuatro líneas sobre los arbitrajes primero se ponen la bufanda con los colores de un equipo que en otro tiempo fue llamado del régimen. Y se regodean en la necedad partidista. Si eso es periodismo, hoy mismo escribo a la FAPE para que me den inmediatamente de baja.
181. (Publicado en Las Provincias, 8 de diciembre 2010)
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