Ni los representantes de los clubs agraviados ni sus aficionados tardaron en elevar la voz, y cuando todavía los dos privilegiados estaban discutiendo si el título se lo llevaba uno u otro, hubo advertencias de que la cosa no seguiría así. O jugamos todos o rompemos la baraja, dijeron. 18 bodas y un pastel. No estaban dispuestos a admitir el argumento de que tal club arrastra más gente que el otro. ¡Que organicen una Liga entre ellos dos!, ya entonces bromeó imperturbable Del Nido y nadie dudó en respaldarle ni en poner el ejemplar ejemplo de la Premier, en la que el reparto resulta mucho más equitativo.
Manuel Llorente, junto a los representantes del Athletic, Sevilla, Villarreal, Atlético, Deportivo y Zaragoza, asistió el miércoles a una cumbre en la que los participantes pusieron los puntos sobre las íes del desproporcional reparto televisivo. Eligieron un día sin fútbol para evitar lo de los líderes del G-20, que en la sesión plenaria de Toronto, torontontero, cuando se debatía la tasa bancaria o la reducción del déficit presupuestario, abandonaron la sesión para ver el Inglaterra-Alemania.
Estos del fútbol, mira por donde, esta vez han sido más serios. Pero habrá que esperar para ver qué fuerza tienen los clubes y cómo soportan las presiones porque, vamos a suponer que el Valencia está arropado por Bancaja y que el Real Madrid tiene mucho que agradecerle a Cajamadrid... ¿Qué ocurriría si entre las entidades financieras fusionadas surgiera un conflicto de intereses?
116. (Las Provincias, 2 de julio de 2010)
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