Realmente lo que el Valencia ha conseguido en el terreno de juego es lo que hasta ahora ha dado vida al club y a sus aficionados, porque lo estrictamente financiero, si profundizas un poquito y rascas, no creas que te sale premio. A la prueba del algodón me remito.
El Valencia despidió el curso dando en lo deportivo una alegría a sus aficionados (la clasificación directa para la Champions) y en los últimos días los ha vuelto a motivar. Aparte de rebajar los precios de los abonos y de provocar que se hable de la sociedad mediante anuncios (que han generado división de opiniones), ha ilusionado al personal, aunque a base de talonario, con el fichaje de Rami (6 millones) y el pretendido de Parejo (del orden de los 4/5, más la cesión de Moyà), pasando por el de Diego Alves (3 millones) y mirando de muy cerca a Gameiro (¿10 millones?). ¿Se acabaron los jugadores a coste cero? Si definitivamente se cumplen las previsiones, se habrán invertido alrededor de 25 millones en un refuerzo para cada línea: portería, defensa, media y delantera.
Cumplido su segundo año presidencial, Manuel Llorente ha destacado como logros la citada clasificación para la Champions y la reducción de la deuda. El objetivo continental adquirió un mérito añadido por haberse conseguido a pesar de un descenso del coste de la plantilla. En cuanto a la reducción del pasivo de la sociedad, no convendría obviar que los 92 millones de la ampliación de capital y los traspasos de Villa y Silva tuvieron bastante que ver. El algodón, no engaña.
255. (Publicado en Las Provincias, el día 6 de junio de 2011)
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