26/6/11

Al otro lado del río Pecos

El fútbol es como las películas. Un gran negocio con artistas de postín, con lustre de Champions y mucho espectáculo. Pero rascas un poquito y no deja de ser una farsa, porque bufonada es que los clubes españoles adeuden cerca de 3.500 millones de euros; algunos, además, se parapetan en la ley concursal, que es una trampa para no descender de categoría, y mientras los organismos competentes (digo competentes porque el asunto les compete) permanecen con la ventana de la ineficacia de par en par.
La situación no es de broma. Más que a los comentarios de barra de bar y al cabreo, invita a solicitar que si hay alguien que manda que lo quiten (porque lleva años sin dar con la solución), y si no lo hay que lo pongan (a ver si la acierta, si la encuentra). Porque esto afecta a todos, ¿eh? No sólo es cuestión de la LFP y la AFE, que son los que desde hace tiempo deberían haber movido ficha. Eso sí, la patronal ha dicho que hay que controlar el gasto de los equipos con nuevas normas, y el sindicato de futbolistas amenaza con una huelga.
En una sociedad que ve cómo cada día echan la persiana numerosas empresas y que se superan los 4.5 millones de desempleados (no digo casi cinco para que nadie me eche en cara que soy derrotista), no es de recibo el todo vale para los clubes de fútbol. Las obligaciones son distintas a las del resto de españolitos. El fútbol, como las películas, está al otro lado del Pecos, donde impera otra ley, o ninguna.
Hace unos días apareció un informe económico de un especialista en finanzas que lleva años denunciando esta situación y la pasividad de los organismos deportivos, pero de momento mucho bla bla y que si quieres arroz, Catalina.
Creo que aquí ha llegado el momento de pedir que los políticos se mojen de verdad, sin miedo a perder el voto si uno, tres o quince equipos desaparecen por sus impagos a la Seguridad Social, a la Agencia Tributaria, a jugadores, a otros clubes... Vamos, que se les exija como a cualquier hijo de vecino.

263. (Publicado en Las Provincias, el 24 de junio de 2011)




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