El Valencia lleva muchos años en conflicto permanente. En
ocasiones se ha vivido con mayor intensidad que en otras, pero el club ha
estado demasiadas veces en repetida ebullición en busca de la estabilidad
social. Sólo los buenos resultados deportivos han ido proporcionando la
necesaria tregua para sobrellevar las
desavenencias que nunca han sido pocas. Porque, no nos engañemos, por
encima de todo ha prevalecido el ansia de alcanzar el poder. Nadie ha aflojado
ni afloja. Como el soneto de Lope: "¿Qué tengo yo, que mi amistad
procuras?" Seguramente el palco VIP debe de ser como el agua, que algo tendrá
cuando la bendicen.
Las discordias han sido el abecé de este club. En lo social y
en lo deportivo siempre ha habido algún que otro rifirrafe, y aunque se ha
terminado por esquivar de una forma u otra, no hay porqué acostumbrarse. Es
necesario poner un punto final a tanto batalla. Roig-Soler, Benítez-García
Pitarch, Quique-Carboni, Soler-Soriano, Llorente-Fernando...
Ahora mismo, mientras la Generalitat no sabe cómo quitarse de
encima la patata caliente que le abrasa por las alegrías de Camps y
compañía, en los despachos del club se ha puesto en la balanza el peso de las
acciones y después de que el consejo y la Fundación se lanzaran el guante, han
continuado con aparentes buenas palabras, pero todavía se percibe el eco del ruido
de sables.
Si todo esto preocupa, al aficionado de
a pie, a ese que "se limita" a pagar su pase, lo que de
verdad le aturde no es que Llorente ponga en su sitio a Andreu o que Varona
haga las maletas, sino que el vestuario haya aireado su intranquilidad ante la
importancia de los dos partidos que se avecinan, que marcan
el futuro continental.
Como todo esto lleva camino de no cambiar mucho y los que mandan parece que han pensado poco en la
unidad del grupo, a esta plantilla habría
que motivarla y no se me ocurre nada mejor que ahora hace diez años dijo
Benítez en el vestuario: "Nos quedan dos meses de aguantarnos y, o damos lo máximo, o no
merecemos estar entre los cuatro primeros de la Liga española".
509 (Publicado en Las Provincias el 19 de abril de 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario