Publicado en Valencia Fruits, nº 2.579 (30 de abril de 2013)
30/4/13
26/4/13
MANOLO DIMITIÓ UN POQUITO
El Valencia tenía previsto celebrar ayer una reunión que se anuló
porque el presidente consideró que no era el mejor momento.
Y no me pregunten si en lo de "el presidente" hay cierto retintín, aunque
no se extrañen. No está claro si Andreu ejerce el cargo o si es Llorente quien
sigue llevando la caña y decide en medio de un océano de despropósitos cuándo conviene
virar a babor o a estribor.
Las evidencias determinan que Manolo sólo dimitió un poquito
porque ahí está, presente como aquél. Desde que entre lágrimas anunció su
salida, lo único que no ha hecho ha sido ocupar el sillón de Mestalla que le cedió
a su amigo Vicente. Por lo demás, como Joe Rígoli, ¿se acuerdan?, el de
"Yo sigo". Aparte de que mantiene la firma para ahorrar en notaría
(?), ¡a ver quién se cree que estaría de florero, como otros!
Un entre paréntesis: El consejero García Roig se despidió
ayer, aunque a lo mejor ha dicho adiós para tomar carrerilla y en breve buscar
un salto más elevado, como intentan otros que se mantienen al acecho: unos a
pecho descubierto y otros dejándose querer. La imagen es patética. Me recuerda
a unos pájaros revoloteando en torno a la gacela herida.
Seguramente lo del apego a los cargos es consustancial al ser
humano. ¡Cuánto cuesta que alguien diga "señores, me voy", y de
verdad se vaya. Y lo de Varona El Breve no cuenta, porque nunca debió llegar.
Hace unos años un veterano directivo del Valencia que no
tenía reparos en confesar su vanidad por permanecer en el grupo, delataba a los
compañeros que no admitían ese interés pero que en cambio, cuando había fotos, estiraban
el cuello como pavos para no salirse del encuadre. Eso no cambia. A lo mejor
por eso Manolo sólo se ha ido un poquito. Últimamente, incluso, acude más veces
a Paterna a arengar al equipo que en todos los años que anteriores. Y hay quien
dice que espera al final de temporada porque quiere acabar de dar una manita de cal a los
techos.
510 (Publicado en Las Provincias, el 26 de abril de 2013)
19/4/13
EL MENSAJE DE BENÍTEZ
El Valencia lleva muchos años en conflicto permanente. En
ocasiones se ha vivido con mayor intensidad que en otras, pero el club ha
estado demasiadas veces en repetida ebullición en busca de la estabilidad
social. Sólo los buenos resultados deportivos han ido proporcionando la
necesaria tregua para sobrellevar las
desavenencias que nunca han sido pocas. Porque, no nos engañemos, por
encima de todo ha prevalecido el ansia de alcanzar el poder. Nadie ha aflojado
ni afloja. Como el soneto de Lope: "¿Qué tengo yo, que mi amistad
procuras?" Seguramente el palco VIP debe de ser como el agua, que algo tendrá
cuando la bendicen.
Las discordias han sido el abecé de este club. En lo social y
en lo deportivo siempre ha habido algún que otro rifirrafe, y aunque se ha
terminado por esquivar de una forma u otra, no hay porqué acostumbrarse. Es
necesario poner un punto final a tanto batalla. Roig-Soler, Benítez-García
Pitarch, Quique-Carboni, Soler-Soriano, Llorente-Fernando...
Ahora mismo, mientras la Generalitat no sabe cómo quitarse de
encima la patata caliente que le abrasa por las alegrías de Camps y
compañía, en los despachos del club se ha puesto en la balanza el peso de las
acciones y después de que el consejo y la Fundación se lanzaran el guante, han
continuado con aparentes buenas palabras, pero todavía se percibe el eco del ruido
de sables.
Si todo esto preocupa, al aficionado de
a pie, a ese que "se limita" a pagar su pase, lo que de
verdad le aturde no es que Llorente ponga en su sitio a Andreu o que Varona
haga las maletas, sino que el vestuario haya aireado su intranquilidad ante la
importancia de los dos partidos que se avecinan, que marcan
el futuro continental.
Como todo esto lleva camino de no cambiar mucho y los que mandan parece que han pensado poco en la
unidad del grupo, a esta plantilla habría
que motivarla y no se me ocurre nada mejor que ahora hace diez años dijo
Benítez en el vestuario: "Nos quedan dos meses de aguantarnos y, o damos lo máximo, o no
merecemos estar entre los cuatro primeros de la Liga española".
509 (Publicado en Las Provincias el 19 de abril de 2013)
16/4/13
15/4/13
12/4/13
¿SE VENDE O SE ALQUILA?
Con todos los acontecimientos que se acumulan en torno al
Valencia cada día que pasa la sociedad ofrece más dudas, aunque en lo deportivo
las cosas han rodado bastante mejor que en los demás aspectos. Pero en general,
de un tiempo a esta parte me ocurre algo parecido a lo de mi amigo el
valencianista, ese al que tantas veces he traído a este palco. Él, como santo
Tomás, asegura que si no mete el dedo en la llaga no se cree nada del consejo,
de la Fundación o de los que quieren subirse al carro de un club que debe hasta
de callar. Y si lo dice él que lo lleva al Valencia tatuado en el corazón, no
voy a llevarle la contraria.
En las últimas horas se utilizado mucho la expresión
democratizar al club, aunque no debemos de olvidar que estamos hablando de una
sociedad anónima deportiva en la que, se quiera o no, el máximo poder lo ejerce
quien tiene más acciones. Eso sí, nadie puede obviar la particularidad de que a
veces la grada ejerce tal presión, e incomoda de tal manera al de la poltrona,
que le obliga a hacer las maletas, si bien eso no quiere decir que no termine
también haciendo el negocio de su vida, como ocurrió en un pasado no muy
lejano.
La "nueva" Fundación apenas lleva una semana.
Aterrizó vestida de Lincoln para poner orden como respuesta al despotismo
ilustrado habitual. Sin embargo esa buena voluntad era una utopía y nada tenía
que ver con un gobierno del pueblo para el pueblo y por el pueblo. Las acciones
siempre estarán por encima de las ilusiones.
Pronto la Fundación ha empezado a mostrar debilidades. La
Generalidad le ha dado un codazo para espabilarla y de pronto ha empezado a
deshojar una margarita. Sí, no, sí, no... Aunque resulta imposible saber si el
Valencia se venderá, se alquilará o se hipotecará más de lo que ya está, que ya
sería mucho hipotecar, no hace falta ser un lince para intuirlo.
-Oye, por cierto, y para quitar hierro al todo esto: ¿En lo
de establecer condiciones para ser candidato a la presidencia se incluirá
cobrar un sueldo de casi 400.000 euros o eso no será un requisito?
508 (Publicado en Las Provincias, 12 de abril de 2013)
10/4/13
EL PATRÓN Y EL MARINERO
A muchos clubs que arrastran escalofriantes deudas los
imagino como una enorme teta rodeada de listos que ansían mamar de ella. Cada
vez me creo menos lo del amor a unos colores. Eso es de hace muchos años.
Ahora, con las acciones por medio, cuando alguien se apoltrona en un sillón o
aspira desesperadamente a él, no puedo por menos que sospechar que detrás del
sentimiento se esconde algo más, y que ante tanto cariño, como mínimo
convendría hacerles la prueba del algodón, la de la rana o la del nueve, porque
en el ambiente hay tufo a chamusquina.
En el Valencia, por ejemplo, hay una guerra de poder. Ya lo
dice el refrán: donde hay patrón no manda marinero. Y claro, a Manuel Llorente,
el capitán del barco, le toca las meninges que el Consell le haya puesto un
fiscalizador al frente del patronato de la Fundación. Ahora es marinero. Es
normal que el presidente esté molesto con la situación y que en las fotos ponga
cara de úlcera duodenal. Hasta el momento hacía y deshacía -realmente más
deshacía que hacía, al menos el potencial de la plantilla- y a la vez
controlaba al organismo máximo accionista de la sociedad, que todos sabemos que
debía de ser más neutro que esos jabones que anuncian para la ropa delicada,
pero que Nanai de la China.
Ahora será distinto. Federico Varona ha llegado a la
Fundación con las mangas remangadas y arropado por un grupo de profesionales.
Él y sus acompañantes se juegan el prestigio profesional y no parece que vayan
a convertirse en comparsas, figurones o floreros, como ha venido ocurriendo
últimamente.
En la calle se palpa la guerra por el poder. Llorente,
acogiéndose a derecho, ha decidido meter patronos hasta con calzador (increíble
el regreso de Piles, la inclusión García Moreno o la de algún mindundi para
rellenar). Quizá es la postura de quien trata de salvar cuatrocientos mil del
ala al año. Y es normal que defienda su pan con como gato panza arriba.
-¿Y lo de los colores, qué?
-¿Colores? ¿Te refieres al sentimiento o al rubor?
-¿Colores? ¿Te refieres al sentimiento o al rubor?
507 (Publicado en Las Provincias, el 5 de abril de 2013)
3/4/13
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