En situaciones como la que presenta el Valencia CF es
fácil convertirse en persona
antipopular. Por eso cuando se mira el presente hay quien prefiere hace
castillos de naipes con la vuelta de la Champions. Pero si París invita poco al
optimismo, lo social...
Desde que se hizo público que la Generalitat haría efectivo
el pago a la intervenida Bankia de los 4,8 millones de euros correspondientes a
los intereses del aval dado a la Fundación Valencia, todos sabíamos qué iba a
ocurrir. Una cosa es que indigne la situación, que más que indignar, encoleriza
por cómo afrontan los políticos la realidad. ¡Con mis impuestos, no! Y otra que
el pago fuera ineludible, lo que nos lleva a repetir reflexiones sobre por qué
se ha llegado a donde se ha llegado y qué responsabilidades se han exigido a
quienes, como Feghouli con su Audi, condujeron la nave sin carnet o sin puntos,
y como tantos otros acabaron yéndose de rositas.
En una orilla aseguran que no había más alternativa que pagar
para poder seguir negociando cómo se solventa el montante real, que son 81 millones. Desde la
otra, la oposición califica de vergonzoso que se utilice el dinero público para
el fútbol.
Pero no es necesario formar parte de ninguna oposición para
decir que resulta, cuanto menos obsceno, que la Administración haya utilizado
la tijera en la Educación, la Sanidad... y en cambio el IVEF presupuestara
dinero para tapar los agujeros del Valencia. Claro que 44.000 aficionados son
más votos que los de 400 familias con niños autistas. ¿verdad? Peligran centros
ocupacionales, pero a éstos se ve que o no saben que son, o les da lo mismo.
¡Ah! Y a finales de marzo el Valencia, como club, ha de hacer frente a otros
200 millones.
Después de ver en el último partido a Alberto Fabra, sentado
en el palco como "nuevo dueño", se amontonan las preguntas: ¿El jefe
del Consell cobra menos que Llorente? ¿Dará el visto bueno a las renovaciones
millonarias? ¿Acabará siendo él quien oiga algún "vete ya" si las
cosas van más mal de lo que van...?
501 (Publicado en Las Provincias, el 15 de febrero de 2013)
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