Pero he aquí que, por si no quedaba clara la salida de tiesto del defensa luso, su agente y asesor, Antonio Marinho, va y en lugar de echar agua al fuego y suavizar la situación, utiliza un bidón de gasolina. Lo que faltaba. A través de internet, el hombre complementa la explosión de Costa con un directo. ¡No me defiendas, compadre!, decía aquel personaje de una vieja película mexicana a su abogado, porque la defensa que le estaba haciendo el licenciado (supongo que le llamaría así) era peor que la acusación.
Ricardo se ha pasado tres pueblos y un par de aldeas, porque con su salida de todo ha puesto en evidencia a sus compañeros. Bruno ya le ha contestado.
Lo que por la distancia y otros asuntos podía haber terminado en un plácido fin de semana, lo ha evitado su agente al aventar los rescoldos del despropósito. Y no es difícil imaginar porqué.
Cuando un futbolista no entra en los planes de un entrenador, es normal que esté molesto y quiera cambiar de aires. Pero hay maneras Aparte de que esto acaba de empezar y es muy probable que por una circunstancia u otra tenga que entrar en el equipo y comerse todo lo que ha dicho. De momento flaco favor le ha hecho su consejero.
308. (Publicado en Las Provincias el 7 de octubre de 2011)
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