7/10/11

¡No me defiendas, compadre!

La historia no es nueva. Lamentablemente se ha repetido otras veces, aunque en esta ocasión lleva un añadido de verdadero despropósito. El respaldo de un asesor. Resulta que Ricardo Costa apenas llegó a la concentración de la selección portuguesa lanzó un 'uppercut' de derecha a Unai Emery. El defensa está muy molesto por su situación de ostracismo que vive en el Valencia y es tal es su enfado que, probablemente sin medir sus palabras, a la vez le metió un 'crochet' a sus compañeros, porque se puso a hablar de los goles encajados por el equipo cuando él está o cuando no está en el campo. Algo fuera de lugar, más aún tratándose de uno de los capitanes.

Pero he aquí que, por si no quedaba clara la salida de tiesto del defensa luso, su agente y asesor, Antonio Marinho, va y en lugar de echar agua al fuego y suavizar la situación, utiliza un bidón de gasolina. Lo que faltaba. A través de internet, el hombre complementa la explosión de Costa con un directo. ¡No me defiendas, compadre!, decía aquel personaje de una vieja película mexicana a su abogado, porque la defensa que le estaba haciendo el licenciado (supongo que le llamaría así) era peor que la acusación.

Ricardo se ha pasado tres pueblos y un par de aldeas, porque con su salida de todo ha puesto en evidencia a sus compañeros. Bruno ya le ha contestado.

Lo que por la distancia y otros asuntos podía haber terminado en un plácido fin de semana, lo ha evitado su agente al aventar los rescoldos del despropósito. Y no es difícil imaginar porqué.

Cuando un futbolista no entra en los planes de un entrenador, es normal que esté molesto y quiera cambiar de aires. Pero hay maneras Aparte de que esto acaba de empezar y es muy probable que por una circunstancia u otra tenga que entrar en el equipo y comerse todo lo que ha dicho. De momento flaco favor le ha hecho su consejero.


308. (Publicado en Las Provincias el 7 de octubre de 2011)









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