Si buscamos un punto de
referencia entre lo que hizo Valverde en el Valencia y lo que está llevando a
cabo Pizzi, no se puede pasar por alto que los dos tomaron el testigo de sus antecesores
con la necesidad de encontrar resultados y la obligación de poner en solfa un
vestuario que necesitaba una vuelta de tuerca.
Pero sin duda el
paralelismo más destacado entre Valverde y Pizzi es que los dos han dado el
protagonismo que Parejo necesitaba tras un periodo de desencanto. El Txingurri proporcionó
confianza al futbolista madrileño, y Pizzi le ha dado la continuidad que le
convertido en pieza destacada del equipo, circunstancia que por otro lado conlleva
la lectura de la preocupación porque su ausencia se nota demasiado y eso dice
que algo no se hizo bien en la planificación.Junto a las semejanzas también aparecen algunas divergencias entre Valverde y Pizzi, pero hay una que sobresale: El trato a los porteros. El entrenador cacereño mantuvo el criterio de las rotaciones con Alves y Guaita, y Pizzi se ha decantado por el guardameta brasileño y ha cerrado cualquier debate.
A la vuelta de la
esquina aparece un duelo que el Valencia debe mirar como parte de su futuro.
Aparece a demasiados puntos de lo que debería generar entusiasmo, pero hoy
Pizzi, que es el presente, le está
sacando un buen partido al grupo que hace cuatro días era un alma tan en pena
como la del mismo colectivo que supo exprimir quien ya es pasado del Valencia.
Y en eso es en lo que hay que centrarse.
(Publicado en Las Provincias, el 7 de marzo de 2014)
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