Las cifras ilusionan y la inicial aspiración del puesto para la Champions empieza a considerarse insuficiente. Pero con el valioso añadido de que en el vestuario nadie saca pecho y, mucho menos, entra levitaciones. Pies en el suelo, y perseverancia, que «piano, piano si va lontano».
Mi admirado Carlos Valldecabres ofreció ayer en estas páginas un espléndido trabajo sobre la realidad del equipo blanquinegro. Por un lado, datos objetivos. «Emery mejora las cifras del Valencia campeón de Benítez» en uno de los mejores arranques de la historia del club. Por otro, una voz autorizada como la de Subirats, valedor del hoy entrenador del Liverpool, que considera que el actual es mejor equipo que el de entonces.
Ayer tuve la oportunidad de almorzar con Juan Sánchez, que a la sazón apadrinó la llegada de Unai. El técnico también percibe cierto aroma de algo más que Champions, y destaca un par de circunstancias que valora sobre muchas otras: los jugadores están muy enganchados y que los dos rivales más mediáticos no han marcado amplia diferencia.
Puede ser. Más que el calendario, el equipo ofrece opciones de alcanzar la Navidad con muy buenas notas para que los Reyes se rasquen el bolsillo. Para que a partir del próximo enero en cada partido en Mestalla cuelgue el cartel de no «hay billetes».
28. (Las Provincias, 24 de noviembre de 2009)
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