A lo mejor, ojalá por el
bien de las dos partes, cuando esta columna esté en sus manos el Valencia y los
representantes de Alberto Tendillo ya han llegado a un acuerdo para ampliar el
contrato del joven futbolista, que vence en junio. Ayer tarde tenían apalabrada
una reunión para acercar posturas. Pero, eso, ahora mismo, sería lo de menos
porque aún queda tiempo por delante para cerrar tratos, a pesar de que el Real
Madrid se haya fijado en este chaval de 18 años, ya que él ha asegurado que su
prioridad es seguir en el Valencia
Lo que no resulta tan
"de menos" es la situación que está y ha estado viviendo el Alberto Tendillo
desde que se empezó a hablar de la necesidad de los refuerzos para el primer
equipo. A pesar de su trayectoria en la escuela de Paterna y del título del
COTIF que consiguió en su debut con la selección española sub'19, ahora mismo
sólo se puede decir de él que se entrena bien con el primer equipo y que con el
filial, lo que es calentar, calienta a la perfección, porque la realidad es que
lleva toda la temporada en blanco y sólo ha sido citado dos veces para el
Mestalleta. Pero ni minuto en partido oficial.
Por lo que se ve, en el
Valencia consideran que para primer equipo está verde, que para el filial es
demasiado jovencito y que para el juvenil... pues vaya usted a saber qué
justificación se puede inventar alguien para cortarle las alas a un chaval en
fase de formación, del que algunos técnicos que han pasado por Paterna auguran
un brillante futuro. Pero ni juega en uno ni en otro.
Esto tiene todo el tufo
de que en el Valencia planea el síndrome de Isco. ¡Mira que éste también se fuera!
¡Qué papelón! Y mientras Alberto Tendillo dice que él sólo en seguir el
bachiller y en jugar al fútbol, otros sólo hablan de dinero. De los 100.000
euros por tres años, de los 125.000 que ofrecen desde el Bernabéu...
A algunos convendría
recordarles que hay algo más que el dinero. Que lo que no da la cartera lo
puede dar la cantera. Y reflexionar:
Ponga un Tendillo en su vida o quizá otra perla en bruto acabe yéndose en
busca del cariño que aquí añora.
526 (Publicado en Las Provincias, el 18 de octubre de
2013)
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