Los acontecimientos resultan mutantes en un abrir y cerrar de ojos y además no es sencilla la explicación. Y ni esto tiene que ver con la ciclogénesis explosiva ni con el voto de obediencia de los políticos ni con la venta de un club de fútbol que lleva camino de convertirse en una comedia de enredo. Me refiero a cómo cambia el tiempo -pasamos el frío al calor sin avisar-, y también aludo al mundo arbitral y a cuanto le rodea, incluidas las empresas fabricantes de frigoríficos, porque últimamente se ha aireado mucho que varios colegiados del balón se han codeado con el "no frost" de la nevera que sirve de mazmorra para que quienes se equivocan demasiado purguen allí sus desaciertos. Dicen que sirve para eso, y de paso digo yo que a la vez debe de servir para tocarles el bolsillo por las semanas de inactividad, que también les debe de escocer.
En las últimas semanas se ha hablado mucho de la reclusión de Ayza Gámez y de Muñiz Fernández en esa gran nevera, y de quienes deberían acompañarles, porque allí hay espacio suficiente para otros muchos. Sin embargo nunca quedará claro si con el frío sin escarcha un colegiado puede mejorar sus conocimientos y su capacidad para aplicar el reglamento, o si por contra las bajas temperaturas implicarán que ese torpe trencilla conserve aún mejor sus errores.
Y mientras se discute sobre si este o el otro árbitro deberían acompañar a aquellos en su viaje al frío, nos deja helados el pulso que Javier Tebas, presidente de la Liga Profesional desde 2013, mantiene con Ángel María Villar, que lo es de la Federación de Fútbol desde 1988. Se ha dicho que la polémica entre ambos radica en la pretensión del primero en crear de una figura encargada de controlar las actuaciones arbitrales, aunque la realidad me parece que no deja de responder a un eufemismo más. La discrepancia tiene todas las trazas de que uno quiere hacerse con el pastel del estamento arbitral y el otro, que desde 1993 lo controla a través Sánchez Arminio, no está dispuesto al soltarlo.
Y mientras, ya ven: Hace dos días, frío; ayer calor...
538 (Publicado en Las Provincias, el 14 de febrero de 2014)
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