Seguro que muchos lo recordarán, pero por si acaso les
doy un apunte para refrescarles la memoria:
-¿Y tú, de quién eres ?
-De Marujita.
-¿Y tú, de quién eres ?
-De Josefita.
¿Ya? Efectivamente. Esa pregunta tan particular en los
pueblos fue un tema que popularizaron aquellos sevillanos de "No me pises
que llevo chanclas", que ahora podrían volver a poner de moda, sobre todo
en el mundo del fútbol donde, aunque las equis han dado muchos miles millones,
todo indica que hay que apostar a 1 fijo o al 2. O blanco o negro.
Estos
días todo el mundo se pregunta: "¿Y tú, de quién eres, de Mourinho o de
Casillas? ¿Y tú, de quién eres, de Barkero
o de Ballesteros y los tres mosqueteros? ¿Y tú, de quién eres, de Aurelio o de
Andreu?"
Es una cuestión que se podría sustituir por un "o
conmigo o estás contra mí", a pesar de que el sentido común nos diga que
tanto los de esta acera, como los de enfrente, algo habrán hecho bien. Algo...
Pues eso no vale. Nada de medias tintas, y además se
utiliza un peculiar chauvinismo: siempre es mejor lo de allá que lo de propio.
¿Que fulano se ha comprado un gran coche? ¡A saber si lo ha pagado! ¿Que tiene
una novia guapísima? ¡Será para disimular! ¿Que hay un grupo de personas que
quieren lo mejor para Valencia? ¡Algún provecho particular buscará!
Vivimos con la escopeta cargada. Y quizá con razón,
porque el horno, con los Bárcenas, Nóos, Campeones, Guerteles, no está para
bollos. Así es normal que nadie de fie de nadie cuando el gobierno autonómico
coloca al frente de la Fundación a un señor que navegaba en la oposición. Cuanto
menos eso ha provocado repelús, como también el hecho de unos anuncien que
buscan inversores para comprar acciones y los otros dicen que no venderán.
¡Hay tantas preguntas! Intuimos de dónde venimos y sabemos
de quién somos, pero y ¿a dónde vamos? ¿Eso quien lo contesta?
512 (Publicado en Las Provincias, el 10 de mayo de 2013)
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