26/2/13

El combate del estado de la Nación


Publicado en Valencia Fruts, nº 2.571 (26 de febrero de 2013)

22/2/13

HÉCTOR, NI BAZO NI ILUSIÓN

Está muy bien eso de que en la próxima jornada los equipos hagan pasillo a los árbitros u otras iniciativas que se plantean, con el fin de homenajear al joven árbitro Héctor Giner, que sigue hospitalizado como consecuencia de la brutal agresión que recibió durante un encuentro de Segunda Regional en respuesta a la cartulina roja que mostró a un iracundo jugador.
Las muestras son unánimes, pero suenan a más de lo mismo. ¿Para que la opinión pública vea que la Federación de Fútbol o los clubes se preocupan del joven árbitro?¿Si Héctor no hubiera tenido que pasar por el quirófano, si no le hubieran tenido que extirpar el bazo, qué? ¿La respuesta institucional hubiera sido la misma?
Manteniendo todas las distancias, que las hay y son abismales por el desenlace, en octubre de 2003 Rafa Benítez sentenció aquello de "se castiga la puntería", cuando Téllez Sánchez, a la sazón árbitro un partido de Copa que disputaba el Valencia en Castalia, suspendió el encuentro a raíz del impacto que recibió en la cabeza, producto del tino de un individuo que desde la grada le lanzó un mechero que le produjo una brecha en la frente cuando a pocos minutos de final señaló penalti contra el equipo local. ¿Qué hubiera pasado si el exaltado no hubiera hecho diana en la testa de Téllez?
Otra. ¿Se acuerdan de aquel botellazo que Casillas recibió en el Sánchez Pizjuán? Pues se saldó con una multita y un tirón de orejas al club andaluz porque no hubo sangre.
Al energúmeno que pateó a Héctor le castigarán por lo penal y por lo deportivo. Pero aparte, el fútbol, como el país, necesita una transformación ya. Más de lo mismo, no, por favor. Son muchos años de retraso. Partimos de que en este deporte el principio de proporcionalidad entre delito y castigo es de pena, penita, pena.
Mientras Villar sigue apalancado en la FEF (desde 1988) y Sánchez Arminio al frente de los árbitros (desde 1993), un chico de 17 años, Héctor, ha perdido el bazo y con él la ilusión. Le ha faltado decir que a partir de ahora jueguen ellos.

502 (Publicado en Las Provincias, el 22 de febrero de 2013)


19/2/13

¡Y así nos va!


Publicado en Valencia Fruits, nº 2.570 (19 de febrero de 2013)

16/2/13

ENTRE OBSCENO Y PROCAZ

En situaciones como la que presenta el Valencia CF es fácil  convertirse en persona antipopular. Por eso cuando se mira el presente hay quien prefiere hace castillos de naipes con la vuelta de la Champions. Pero si París invita poco al optimismo, lo social...
Desde que se hizo público que la Generalitat haría efectivo el pago a la intervenida Bankia de los 4,8 millones de euros correspondientes a los intereses del aval dado a la Fundación Valencia, todos sabíamos qué iba a ocurrir. Una cosa es que indigne la situación, que más que indignar, encoleriza por cómo afrontan los políticos la realidad. ¡Con mis impuestos, no! Y otra que el pago fuera ineludible, lo que nos lleva a repetir reflexiones sobre por qué se ha llegado a donde se ha llegado y qué responsabilidades se han exigido a quienes, como Feghouli con su Audi, condujeron la nave sin carnet o sin puntos, y como tantos otros acabaron yéndose de rositas.
En una orilla aseguran que no había más alternativa que pagar para poder seguir negociando cómo se solventa el  montante real, que son 81 millones. Desde la otra, la oposición califica de vergonzoso que se utilice el dinero público para el fútbol.
Pero no es necesario formar parte de ninguna oposición para decir que resulta, cuanto menos obsceno, que la Administración haya utilizado la tijera en la Educación, la Sanidad... y en cambio el IVEF presupuestara dinero para tapar los agujeros del Valencia. Claro que 44.000 aficionados son más votos que los de 400 familias con niños autistas. ¿verdad? Peligran centros ocupacionales, pero a éstos se ve que o no saben que son, o les da lo mismo. ¡Ah! Y a finales de marzo el Valencia, como club, ha de hacer frente a otros 200 millones.
Después de ver en el último partido a Alberto Fabra, sentado en el palco como "nuevo dueño", se amontonan las preguntas: ¿El jefe del Consell cobra menos que Llorente? ¿Dará el visto bueno a las renovaciones millonarias? ¿Acabará siendo él quien oiga algún "vete ya" si las cosas van más mal de lo que van...?
501 (Publicado en Las Provincias, el 15 de febrero de 2013)

12/2/13

¡Nada por aquí, nada por allá...!

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.569 (12-2-13)

8/2/13

...Y VUELTA A EMPEZAR

Cuando apenas se han dado tres pasos de la segunda vuelta de la Liga, en el horizonte valencianista ya se vislumbran perfiles que anuncian la venta de activos. Es lo que ocurre en cuanto se despereza alguno de los clubes económicamente poderosos. En ese instante, con la que está cayendo, y como según los meteorólogos esto no tiene pinta de amainar, quien necesita hacer caja abre los ojos como platos, se frota las manos y hace números.
Por eso no debe de sorprenderse nadie de que en el Valencia se empiece a hablar de elegidos y de salidas. De los que tienen mejor mercado, porque de los otros es preferible callar y esperar a ver si alguien pica. Ahora se va a hablar de Guaita, de Alves o de Feghouli... aunque todo eso al mejor aficionado le suena como una patada en los riñones, porque las pretendidas ventas van en contra de fomentar su ilusión. Sin embargo tal es el panorama del club que ahora mismo es una obligación para seguir adelante.
Dejando de lado que los seguidores esperan una plantilla que sea bastante menos "torre de Babel" de lo que es, resulta imprescindible hacer caja con traspasos de jugadores como garantizarse el fijo que supone la clasificación para la Champions League. Aparte de la fundamental manita que le echaron quienes estaban al frente del gobierno valenciano (creo mejor llamarla interesada y despreocupada, que generosa), es suficiente recordar los otros dos pilares con los que el Valencia ha evitado el KO en los últimos años.
Aunque en todos los casos se trató de jugadores que no hubo que salir a la plaza a ofrecerlos, porque llamaron a su puerta y fueron adquiridos, y también a pesar de que hubo críticas al considerar que las cuantías percibidas fueron insuficientes tal y como estaba el mercado, los traspasos resultaron imprescindibles para cuadrar las cuentas, como parece que volverá a ocurrir el próximo verano con la marcha de uno de dos porteros y de algún jugador aplicado, caso de Feghouli, al que recientemente se le amplió el contrato hasta 2016. Y vuelta a empezar, porque es lo que hay.

500 (Publicado en Las Provincias, el 8 de febrero de 2013)

5/2/13

Bodas de oro

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.568 (5-2-13)

1/2/13

UNA DE FLOREROS

Cuando uno se desayuna con los papeles de una supuesta contabilidad B que necesita el paso urgente por la tintorería por lo que ha salpicado, y al rato toma el café con un desmentido que convencerá a quien pueda convencer, cualquier otro asunto pierde protagonismo.
Ayer fue un día de esos. Estoy convencido de que a muchos valencianistas les resbala que el  consejero Antonio Sesé ha dicho que se va, les importa un bledo que la Generalidad exija la dimisión de la mayoría de los patronos de la Fundación, y les trae al pairo que Gago termine en el Vélez o se tome una Aurora en Aquarium.
Es cuestión de interés y de intereses. Lo principal para el aficionado son los resultados. "¡A ver si le ganamos el domingo Barça!", dicen, y en lo social sólo les preocupa que con el dinero de la Generalitat, es decir, con el de todos nosotros, se haga frente a los despropósitos que bendijeron unos políticos que comprometieron nuestro futuro para salir en la foto
¿Qué supone la salida de Sesé? Hasta ahora sabíamos de él por sus tweets. ¿Que la Generalitat quiere barrer en la Fundación?  Es que sorprende que aún permanezcan algunos patronos a los que desde hace tiempo les deberían de haber dado el pasaporte, por decirlo con buenas palabras. Y Gago. ¿Se va? ¿Y qué? Por los más de tres millones y medio de euros que costó, en cinco meses su rendimiento y su actitud ha provocado más dolor que un cólico nefrítico. Demasiados floreros
499 (Publicado en Las Provincias, el 1 de febrero de 2013)