29/10/12

PROHIBIDO DORMIRSE


El Valencia volvió a las andadas y eso le ha reportado andanadas, algunas apuntando  a la línea de flotación. Pellegrino debe de andar algo inquieto. Tan inquieto y preocupado como debe estarlo Braulio, porque ya no sólo se cuestionan las calidades sino las cualidades y las actitudes.

Siempre se hace referencia a un mínimo de confianza de cien días, y ese es un margen que el entrenador ha superado, aunque se puede ampliar un par de semanas más. Pero no muchas más. Noviembre está ahí, el fútbol es inmediatez y en estos momentos el Valencia ya aparece a siete puntos de "su" tercera posición, que ahora ocupa el Málaga.

De poco sirve que se pida perdón por haberlo hecho mal en Sevilla. La paciencia del valencianismo no es elástica. Y los golpecitos en el pecho dicen poco cuando el juego es tan rancio que se resume en aquello que ya entonó en etapas recientes. Lo del pasito p'alante, María, y el pasito p'atrás.

Después de la reacción en la Champions ante el BATE Borisov, seguramente bajo la influencia de la remondada frente al Athletic  (que unos dicen que fue cosa de casta y otros callan y arrugan el entrecejo porque no olvidan la ingenuidad de Ander Herrera), en Sevilla se esperaba bastante. Pero ese grupo que se dice que tienen más calidad que el del ejercicio anterior, tiene más lagunas que Ruidera.  Apenas dio algo de cal en la segunda parte y ya se sabe que en la mezcla del mortero es imprescindible la arena.

En la Copa, mañana, el partido con el Llagostera debe de convertirse en mero trámite. Si no es así, más de uno debería de recoger los trastos y marcharse con la música a otra parte. Pero después de la ronda del KO está el partido del sábado con el Atlético, y un uppercut en la jornada diez te puede dejar en la lona, oyendo como silban los pajaritos, a 17 puntos, mientras se desvanecen todas las ilusiones. Y eso, no. El Valencia ha de colocar en el vestuario un cartel con letras enormes que diga "prohibido dormirse".

464 (Publicado en Las Provincias, el 29 de octubre de 2012)




El sembrador de ilusiones





(Publicado en Cuadernos de Humor, nº 8 (1990)

26/10/12

OXÍGENO PARA TODOS


Cuando en un club de fútbol el horno no está para incertidumbres, lo mejor que puede pasar es que el equipo gane y gane bien. Como hizo izo el Valencia frente al Bate. Un triunfo con valores añadidos, aunque el principal fue la previa remontada en la Liga, ante el Ath. Bilbao.

Ese tópico de café para todos se puede adaptar a la situación. El "dos de dos" ha repartido oxígeno a diestro y siniestro. A un entrenador cuestionado, a un grupo que no lo estaba pareciendo, a un presidente que en quince días ha de dar la cara ante los accionistas, y a unos aficionados cada semana iban dejando en el camino jirones de ilusión, porque ni les daban un buen resultado que echarse a la boca ni sabían a qué estaba jugando su equipo.

Es curioso que el planteamiento de los tres medios centros que tanto gustaba pero se le atragantaba a Unai, le ha dado resultado a Pellegrino. Existen muchos condicionantes para que un sistema resulte efectivo, pero a lo mejor va a tener bastante que ver que haya alguien que eche raya por delante de una defensa que titubea demasiado y así, de paso, los creadores pueden dedicarse a la gestación del juego y arropar más el ataque para que Soldado no sea una isla.

Probablemente la recuperación de Albelda ha tenido bastante que ver y eso induce a pensar si el sábado, ante el Betis, el técnico valencianista repetirá ese dibujo o, por contra, como esperan en Sevilla, retomará el tradicional 4-2-3-1.

En momentos como el presente se suceden los ejercicios de memoria. Lo que ha hecho el Valencia invita a recordar que en diciembre del 97 un gol de Mendieta en San Sebastián salvó la  cabeza de Ranieri, o que cuatro años después, en Montjuic, dos tantos de Rufete y otro de Ilie obligaron a romper el finiquito de Benítez que en el descanso de ese partido ya se había firmado.

El fútbol un par de victorias cambian radicalmente el decorado. Pero el margen de confianza no debe de variar por dos o cuatro marcadores. Se tiene o no se tiene. Y de momento es una incógnita.

463 (Publicado en Las Provincias, el 26 de octubre de 2012)

MÍCHEL Y LA CANTERA


En lo que va de Liga hay un chaval de Burjassot que, después de un efímero paso por Mestalla, destaca con la camiseta del Levante. Se llama Miguel Herrero, pero en el fútbol se le conoce por Míchel. Sustituto o alternativa de Barkero, se ha convertido en talismán o revulsivo, aparte de ser el máximo realizador. A sus 24 años le queda por decir, pero está en el buen camino.

Tan cerca y tan lejos. El presente le sonríe en el equipo azulgrana, lo que contrasta con su trayectoria en el Valencia, marcada por la falta de confianza desde que llegó en 2007. El resumen es sencillo: tuvo algunas opciones el primer año de Unai, que se esfumaron en el siguiente ejercicio, luego se fue cedido al Dépor (una lesión de menisco le dejó KO), en la pasada campaña al Hércules (donde  alcanzó unos registros que le avalan) y este verano le dieron puerta.
Los informes de la dirección deportiva del Valencia sobre Míchel no han sido positivos, por lo que la cláusula de repesca para este y el siguiente ejercicio, de 400.000 y 600.000 euros, respectivamente, suena más a un seguro que evite que a alguien le puedan volver a sacar los colores.

Cuando  los clubes han de apretarse el cinturón, no es necesario recurrir a las encuestas para saber cuál es el valor de la cantera. Ese trabajo de futuro, cuesta. Exige una buena planificación, dedicación, confianza en los técnicos. Pero a la larga es más barato y permite subsistir. Si no, ¿de qué aquél Valencia de finales de los ochenta, sin un duro y debiendo nóminas, levantó el vuelo? ¿Es necesario recordar de dónde salieron Sempere, Arias, Giner, Revert, Voro, Camarasa, Subirats, Fernando, Fenoll...?

A los entrenadores les incomoda que les hablen del vivero porque viven tan el presente (uno o dos años de contrato) que se aferran a la veteranía, aún sabiendo que nada garantiza. Los dirigentes incluso se olvidan de que es el fruto que más se revaloriza, que ofrece mejores dividendos. Y si hay alguien vaya a tirar la primera piedra, que apunte bien no sea que le caiga encima.

462  (Publicado en Las Provincias el 24 de octubre de 2012)

23/10/12

Amigo Sancho, la pluma es la lengua del alma


Publicado en Valencia Fruits, nº, 2.556 (23-10-12)

22/10/12

PARTIDOS DE 90 MINUTOS


Este fin de semana la jornada futbolística nos ha traído a la memoria aquello de "lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks", que hace unos años popularizó Sabina. Seguro que más de uno de vez en cuando aún la canturrea en la ducha.

Si el travieso aventurero dijo que tardó "19 días y 500 noches" en aprender a olvidar el desencanto, en el fútbol también se hace larga la digestión cuando en cosa de minutos algunos equipos se quedan "con la miel en los labios y escarcha en el pelo".

Es lo que les ha ocurrido a los rivales de los dos equipos valencianos de Primera. El Levante se llevó la victoria de Getafe merced al gol que Michel marcó a tres minutos del final, y el Valencia, en los dos últimos, cuando estaba tan cerca de la cola de la tabla como de recibir una pañolada, dio la vuelta a la tortilla con tantos de Tino y Valdez.

El fútbol es así y además está lleno de aforismos que lo certifican. Como por ejemplo eso que dijo aquél entrenador, de que en un partido puede pasar cualquier cosa: empatar, ganar o perder; la sentencia de Deschamps respecto a que si no marcas más goles que el rival es difícil ganar, o que los partidos duran noventa minutos, axioma que se le atribuye al que en los años cincuenta fue  seleccionador alemán Sepp Herberger, aunque ahora tanto García Plaza como Bielsa seguro que lo han hecho suyo.

Tan suyo como los ex valencianistas Djukic, entrenador del Valladolid, o Unai, del Spartak, que de la misma manera perdieron sus respectivos partidos cuando estaba a punto de sonar la campana.

Lograr una victoria, o encajar una derrota, sea o no cuando ya había aficionados que habían abandonado su asiento, puede que tenga que ver con la suerte. Pero  también con la concentración. Por eso desde el momento en que un futbolista sabe que los partidos duran noventa minutos, ya tiene mucho a su favor. Y si es importante que lo recuerden los que han perdido, también es muy conveniente que no lo olviden los que han ganado.


461  (Publicado en Las Provincias, el 22 de octubre de 2012)

19/10/12

EL RESCATE Y LO VIRTUAL


Hay diferentes formas de disfrazar la realidad, cosa que unos hacen por ignorancia y otros, dicen, por evitarnos sufrimientos. En economía estos días han empezado a hablarnos de un rescate virtual y, como ocurre con la palabra democracia, en cuanto le añades un adjetivo la cosa chirría. Rescate es rescate y lo virtual lo entendemos como algo con existencia aparente, pero no real.

En el fútbol también se utilizan esos dos términos, pero invirtiendo el orden. Se habla de un virtual rescate. Y aquí lo virtual es algo tácito. Es lo que dicen que va a ocurrir con el regreso de Éver Banega, tras ocho meses alejado de la competición. Los aficionados del Valencia le esperan como agua de mayo y probablemente eso no sea más que una manera de meterle presión, cosa que cuando esté en perfecto estado de forma tampoco le vendría mal. Pero ahora mismo, no.

Los más forofos ya imaginan al argentino organizando el juego como titular que, digo yo, es mucho imaginar porque lo de recuperar el ritmo de la competición no  suele resultar sencillo cuando se ha estado apartado tanto tiempo. Sin embargo, es tal la angustia que los valencianistas se agarran a lo que sea con la esperanza de que cambie el panorama. Y a esos impacientes habría que recordarles que sí, que el Valencia está a dos puntos de los puestos de descenso, pero si miran hacia arriba no le separan más que cuatro de los lugares de Champions. La Liga hoy por hoy es un pañuelo.

Es el pañuelo necesario para enjugar las lágrimas que produce el sorteo de la Copa, que también necesita un rescate. El torneo tuvo momentos de gloria, hizo vivir sueños fantásticos y hoy está demodé. Ahora todo el mundo se ha olvidado incluso de las sorpresas y se limita a dar por hecho que el Real Madrid y el Barça se verán las caras en las semifinales. Lo más curioso de esa quiniela virtual es que nadie habla del otro posible contendiente que llegaría a disputar la final del 18 de mayo. Igual es que se trata de un holograma.


460 (Publicado en Las Provincias, el 19 de octubre de 2012)

17/10/12

LOS GOLES Y EL FALSO NUEVE


Lo del falso nueve, delantero impostor o como se quiera llamar a la figura del futbolista que no es ariete pero que juega en esa demarcación, es un buen argumento para debatir en las tertulias. En Valencia se ha hecho habitual en muchos partidos de la selección. Los aficionados se acostumbran porque Del Bosque cuenta muy poquito con Soldado, y eso conlleva que se acentúen las críticas cuando al equipo le cuesta hacer goles, como ayer.

Ese personaje que no es nueve pero que juega de nueve, no es un invento de Del Bosque para dar de qué hablar en Valencia o alegrarle la vida a Cesc. Lo de prescindir de esa referencia es una vieja variante táctica. Dicen que en el fútbol está todo inventado. El futbolista en cuestión retrasa su ubicación con el objetivo de provocar cierto desorden de los defensas rivales. Por ejemplo, en su amistoso de ayer la selección de Brasil vapuleó a la de Japón con un ataque sin esa simbólica figura. Claro que la movilidad de Kaká, Oscar, Hulk y Neymar es como para descomponer al más pintado.

Del Bosque no dio bola a Soldado. Siempre quedará la duda y la excusa de que las lesiones de Silva y Arbeloa trastocaron sus planes. Al final, si tenía que dar cancha a un nueve, ese iba a ser Torres, por aquello de volver a casa.

Pero aparte de estas consideraciones, de la decepción por el empate y de que Soldado en el Valencia hoy por hoy no atraviesa su mejor momento (puede ser por la manera de jugar el equipo o por su estado de forma), cada vez que la selección española salta a la escena, parece obligado echar cuentas de los pocos jugadores blanquinegros que figuran en la nómina del seleccionador, siendo que hace cuatro días la aportación era determinante. Esto se puede rebatir alegando que  hay bastantes futbolistas de otras nacionalidades. Sí, pero no quita para extrañar tan escasa presencia. Antes de que se pusiera de moda lo de llamar la Roja al equipo nacional, el Valencia era una gran despensa que hoy está prácticamente vacía. Y eso repercute también en la Liga.

459 (Publicado en Las Provincias, el 17 de octubre de 2012)

16/10/12

Charlotada


Publicado en Valencia Fruits, nº 2.555 (16-10-12)

15/10/12

¿A ver si sabes quién soy?


EL SALTO IMPOSIBLE


Cuando por culpa de las selecciones se paraliza la Liga, pasa lo que pasa porque los domingos sin fútbol parecen menos domingo. Pero el personal busca la distracción enseguida con otros asuntos. Y este finde, más que la carrera de Alonso, lo del chivato que dicen que hay en el vestuario del Bernabéu, el comunicado de Casillas o la preparación del España-Francia de mañana, el salto estratosférico de Felix Baumgartner ha sido centro de atención de todos los corrillos. El austriaco acaparó mayor interés, incluso, que esos que se las dan de haber leído y releído a Mo Yan mucho antes de que alguien siquiera pensara en que era merecedor del Nobel de Literatura.

-Pero en original, ¿eh?, porque con las traducciones se pierde mucho.

Don Miguel de Unamuno decía que el humor es algo del cuerpo, más patológico que fisiológico. Y como cuando hay crisis económica las caídas libres dan para entrar en chanzas, del tal Felix se habían hecho más chistes que en otros tiempos los hubo de Moran o de los ciudadanos de Lepe. Pero con su salto imposible ha acabado  convertido en el héroe de la semana. Con su acrobacia Incluso ha desplazado del primer plano a esos que hacen piruetas con los asuntos de las fronteras y las lecciones de historia, que ya se sabe que a río revuelto, ganancia de independentistas.

-Oye papá, aunque ese señor Mas consiga la separación que pretende, en Barbastro seguiremos sin tener mar, ¿verdad?

Es que hay saltos y hay cabriolas. Hay quien salta con criterio y quien se tira y estrella. Ayer LAS PROVINCIAS ofreció un espléndido reportaje sobre la caída libre que en el último decenio ha situado al Valencia en estribo que le separa del abismo económico. Lo que va desde aquel brinco imposible de Juan Soler, que utilizó ínfulas y se olvido el paracaídas. Un salto más consentido que con sentido.

458 (Publicado en Las Provincias el 15 de octubre de 2012)

GOLPECITOS EN EL PECHO


Lo de llamar al pan, pan, y al vino, vino, no es nuevo, aunque sorprende que a veces los jugadores traten de exculpar de las derrotas a sus entrenadores. Durante los partidos se reparten las críticas, pero en cuanto acaba el encuentro todos los males se le atribuyen al técnico. Sin embargo cuando los jugadores han evidenciado falta de concentración, motivación e intensidad, que ha sido el caso, es bueno que se responsabilicen.

Hace unas semanas, Pereira y Soldado defendieron a Pellegrino, y ayer lo hizo Matieu, que dicho sea como anécdota, no pronunció lo del "pan, pan...", porque aparte de que para los franceses el enunciado del refrán es "Appeler un chat, un chat" (Llamar a un gato, un gato), el amigo Jérémy lleva tres años en el Valencia y sigue sin soltar ni papa en castellano.

Compartir la responsabilidad es lo que toca, pero en la defensa del entrenador Mathieu (que a causa de una lesión sólo ha intervenido en dos partidos y está haciendo bueno a Cissokho) fue tan blandito como sus predecesores. Argumentó que aquél no corre en el campo y que son los jugadores los que deben de esforzarse más. Sí, pero le faltó contundencia.

Hace unos años, después de un varapalo en el Bernabéu (5-1 frente a un rival plagado de suplentes), el futbolista y ahora compañero en LAS PROVINCIAS Pepe Carrete explotó cuando al abandonar el recinto un tal Butanito le puso delante el micrófono. "¡No nos aceptarían ni en la mina!", bramó, el asturiano descompuesto por el ridículo de su equipo. Además, al día siguiente, en el vestuario de la ciudad deportiva, no se escondió y repitió la arenga que parecía más propia de Miljanic, entonces entrenador.

Admitir los errores es el mejor inicio para poderlos enmendar. Pero más que unos golpecitos en el pecho, el aficionado ahora espera un golpe de efecto sobre el césped para que cambie la situación. Lo demás son milongas.

457 (Publicado en Las Provincias, el 12 de octubre de 2012)

10/10/12

EL PATRÓN DE JUEGO


Los deficientes resultados del Valencia han dejado de par en par la puerta del desencanto, pero además ha habido quien se ha dado prisa en abrir la ventana de la irritación, con el aparente interés de generar una corriente de aire que avive las llamas de la crítica, no vaya a ser que alguien desvíe la mirada hacia otros lugares, y eso es lo que menos interesa.

En cuanto la Liga se paraliza por los compromisos de las selecciones, esa semana sin jornada se hace eterna para muchos equipos, dependiendo de cómo les haya ido en la feria. Para el Valencia, herido por el batacazo en el derbi, no sirven las tiritas. En lo poco que llevamos se evidencia que hace falta algo más que un parche en la defensa y en las bandas. Pero desde luego lo menos conveniente es que algún iluminado vea la solución en dar lustre a la guillotina.

Llegados a este punto es cuando la prudencia se hace más necesaria que nunca. Sin remontarnos a etapas lejanas, en la temporada pasada, por estas mismas fechas (entonces era la jornada novena) el Valencia navegaba en un mar muy picado, y con cuatro victorias consecutivas (Zaragoza, Getafe, Leverkusen y Levante) le dio la vuelta a una situación que empezaba a ser más que preocupante. Aquellos marcadores se convirtieron en el mejor bálsamo.

Hoy, los números y la realidad determinan que en el arranque del Valencia el motor ha perdido fuerza y, lamentablemente, no sólo parece que sea una cuestión de que el filtro del aire esté sucio o las bujías en mal estado. No se puede ocultar el desencanto que provoca la marcha del equipo ni es difícil determinar que el grupo ha perdido calidad respecto a ejercicios anteriores. Además, se echa de menos mayor concentración.

Pero, sobre todo, la desazón la provoca el hecho de que hasta el momento Pellegrino no haya dado con un patrón de juego. Yendo por ese camino el sufrimiento está garantizado. Esa es la inquietud. Sin embargo la objetividad también dice que esto no ha hecho más que comenzar. 

456 (Publicado en Las Provincias el 10 de octubre de 2012)

EL NEGRO Y EL FLACO


Nos entusiasma discrepar, en el mundillo del fútbol somos más apasionados que el más "pintao", y los compromisos de las selecciones nos dejan más de una semana por delante para el dale que te que pego. Porque después de visto lo que hizo el Valencia en la matinal de ayer, hay temita. Se va a hablar más que del auto del juez Pedraz y de los denuestos del tal Hernando.

¿Qué le ocurre al Valencia? Conviene aclarar que la pregunta se centra en lo deportivo, ¿eh? Más que nada para que ningún malpensado, que siempre los hay, aproveche la circunstancia y se suba al carro para tratar de airear otros asuntos: "¿Ves como este también...?" No. Lo económico y social vamos a dejarlo para más adelante. Ahora sólo toca lo estrictamente futbolístico.

Después de la dolorosa derrota frente al Levante, Mauricio Pellegrino dijo algunas cosas, pero calló otras. Probablemente demasiadas. El entrenador del Valencia vinculó "la concentración" con "el esfuerzo", pero quizás sus silencios debieron de decir mucho más.

Como argentino de pura cepa que es, Mauricio debería de repasar lo que escribió su paisano, "El Negro", Roberto Fontanarrosa, respecto a los dos problemas que confesó que tenía para poder jugar al fútbol: Uno es la pierna derecha. El otro es la pierna izquierda.

El Valencia no va muy allá. El equipo de El Flaco también tiene dos importantes problemas. Los dos los evidenció en la matinal de Orriols: Uno es la defensa, una verdadera calamidad, y el otro es el ataque, que como si sus futbolistas llevaran anteojeras, se olvida del juego exterior y las acciones se diluyen por el centro, sin acierto para marcar.

Se han cumplido siete jornadas (nueve partidos incluyendo los dos de Champions) y el horizonte no parece demasiado despejado. Hay unos nubarrones que invitan a buscar en el armario la ropa de abrigo. ¿Que no hay? ¿Que se ha quedado demodé? Pues el mercado de invierno está a la vuelta de la esquina.

455 (Publicado en Las Provincias, el 8 de octubre de 2012)


5/10/12

EL BRAZO ARMADO LA ARMÓ


El fútbol español lleva camino de enfrentarse este año a uno de los grandes retos que históricamente tiene pendientes. El discutido problema arbitral. La Federación ha querido darse una capa de pintura utilizando al Comité de Competición como su brazo armado, pero la realidad dice que cumplidas seis jornadas de Liga... ¡si que la han armado, sí!

Los clubes estaban advertidos de que habría más mano dura contra el juego violento y la pillería y nadie puede llamarse a engaño. En todo caso, los seguidores de los equipos podrían echarle en cara a los responsables deportivos y a los de los servicios jurídicos que el asunto les pilló con los calzones bajados. En agosto, con las circulares en mano, deberían de haber aleccionado a los jugadores, advirtiéndoles de lo que iba a venir.

Los Comités no están para rearbitrar partidos, pero tampoco para enmarañar más la madeja. Y aparte de que los árbitros también se equivocan, siempre debe de prevalecer el espíritu de la norma y desde luego la proporcionalidad en las sanciones, como principio básico del Derecho.

En Valencia no dan crédito a los tres partidos de suspensión que Competición ha impuesto a Feghuoli. Les parecían injustas las dos amonestaciones que desembocaron en su expulsión ante el Zaragoza y ahora, comparando con otros casos, ven exagerado el nuevo castigo. Pero saben que no será fácil de que hoy Apelación enmiende la plana a sus colegas.

Con lo Medel y Cesc el organismo instructor lo ha embrollado más. Sobre la refriega puntualiza que hubo un error en la redacción del acta arbitral pero castiga al chileno con dos partidos y deja que el barcelonista se vaya de rositas y, según el texto, se desprende que podría proponerlo para un Goya por sus dotes interpretativas.

¿El brazo armado de la Federación? Eso recuerda el subtitulo de aquella desbaratada película de Santiago Segura. El brazo tonto... Lo de los Comités puede parecer un vodevil, pero no tiene ni pizca de gracia.

454 (Publicado en Las Provincias, el 5 de octubre de 2012)

3/10/12

EL TRANSISTOR Y LA CENICIENTA


Tal como se desenvolvieron las cosas, al partido de ayer en Mestalla hace unos años le hubiéramos llamado "de transistores", porque aquí ya no sólo vale lo que hagas, sino lo que puedan hacer los rivales. Pero aparte de que los de la UEFA son muy dispuestos,  hace tiempo que la tecnología ha superado y desplazado a aquellos aparatos de radio que se convertían en el único vínculo entre el espectador y lo que sucedía en otros campos, donde se cocían encuentros que implicaban la clasificación. Aún recuerdo aquella imagen de Di Stefano levantado del banquillo de Sarriá, mirando hacia la grada, con los dos dedos índices extendidos e inquiriendo al aficionado de la fila de atrás si el Atlético y el Barça mantenían el empate, que es lo que daba el título de Liga al Valencia.

Es evidente que el camino del Valencia en la Champions League  no ha hecho más que empezar, que faltan aún cuatro jornadas de esta fase de grupos, pero el inicial tropiezo con el Bayern Munich obligaba más si cabe a ganar al Lille, y ayer los pocos seguidores valencianistas que acudieron al campo de Mestalla (por cierto, esa baja asistencia merece un estudio en profundidad) estaban tan pendientes de lo que hiciera su equipo ante los franceses, como de lo que estaba haciendo el Bate Borisov, que desde el minuto 23 iba ganando al equipo bávaro, y acabó adjudicándose la victoria.

Malos augurios, porque aunque el equipo de Pellegrino sacó adelante su partido, sin gran brillantez pero sin excesivos apuros, las quinielas apostaban por un triunfo del Bayern en Bielorrusia, que no se dio y ahora coloca a los de Borisov, inmediata visita del Valencia, en cabeza del grupo F.

La mayoría de las veces nos desenvolvemos por impulsos y quizá por eso, a un equipo que nos resultaba desconocido, que no tiene siquiera cuarenta años de historia, de antemano le habíamos considerado comparsa. Y ya se sabe lo que pasa a veces con las cenicientas. Pues que, sean de Perrault o de los hermanos Grimm, suelen dar la sorpresa.  

453 (Publicado en Las Provincias, el 3 de octubre de 2012)

2/10/12

Manis y manos


Publicado en Valencia Fruits, nº 2.554 (2 de octubre de 2012)

1/10/12

EL ESPíRITU DE LA NORMA


El razonamiento que Mauricio Pellegrino hizo sobre lo que él considera injusta expulsión de su jugador Sofiane Feghouli en el partido del sábado, contra el Zaragoza, tiene bastante sentido aunque, probablemente, como hablamos de fútbol, un mundo de extremos, el sentido común tiene más opciones de caer en saco roto que de prosperar.

El futbolista argelino vio la cartulina roja por doble amonestación y su entrenador alude especialmente a la primera sanción: "Por no respetar la distancia reglamentaria en la ejecución de un tiro libre", lo describe así en el acta el árbitro Pérez Montero.

Sin meter un sólo pie en la filosofía jurídica, todos coincidimos en que una cosa es la redacción de las leyes y otra, muy diferente, el poso que está debajo de lo escrito: el espíritu de esas normas. Pero también sabemos que no resulta sencillo determinar el propósito que tuvo del legislador al plasmar la doctrina en papel, ni tampoco la verdadera intención que movió al infractor. Y como además nos desenvolvemos en un mundo anclado al pasado, donde los que mandan han demostrado demasiadas veces pocas luces, el asunto llega a adquirir dimensiones surrealistas.

Aparte de que probablemente Feghouli fue un ingenuo al mantenerse cerca del balón y propiciar que el rival, con picardía, lo lanzara sobre él para provocar la falta, el entrenador del Valencia insiste en que el futbolista no intentó cortar la trayectoria, impedir la ejecución del saque, y por eso entiende que los servicios jurídicos del club podrían recurrir dicha sanción y, en caso de prosperar, evitaría el castigo de un partido de suspensión, que coincide con el derbi del domingo, en Orriols. Otra cosa es el temor a que la protesta conlleve represalias, que todo ha habido en viña del Señor.

Pellegrino no está pidiendo que se rearbitren los partidos. Nadie habla de eso. Creo que él, como otros muchos entrenadores y gente del fútbol, se conformaría con que pusieran una pizquita de sentido común a la hora de aplicar las normas.

452 (Publicado en Las Provincias, el 1 de octubre de 2012)