30/11/10

Claudio López

Esta es la portada del fascículo Grandes Figuras del Valencia, dedicado a Claudio "Piojo" López, que el lunes entregó LAS PROVINCIAS de forma gratuita, junto con el ejemplar del periódico.
El primer ejemplar de la serie ilustrada con acuarelas de mi hijo Luis, fue el de Mario Kempes (21 de noviembre) y el segundo el de Santiago Cañizares (22 de noviembre). El próximo lunes (6 de diciembre), gratis con LAS PROVINCIAS, una nueva biografía ilustrada: la de Gaizka Mendieta.

De la incapacidad a la ineptitud, pasando por la incompetencia a fuerza torpeza

(Publicado en Valencia Fruits, nº 2.471 de 30 de noviembre de 2010)

Héroes del valencianismo

Escrutinio y obligación

Como el Villarreal y Espanyol hicieron muy bien sus deberes, el Valencia ganó y subió como los populares en las catalanas, pero no consiguió la mayoría absoluta. Victoria, aunque, eso sí, el equipo tendría que hacerse ver qué le pasa en la transición de defensa a ataque, porque la solidez ofensiva contrasta para mal con la tarea de contener. En eso pincha en hueso, como un tripartito cualquiera.
El triunfo mantiene al Valencia en la lucha por los puestos de Champions, que se acabarán pagando a precio de oro. Dejando al margen al Madrid y Barça, porque por puntos están en otra dimensión, para el tercer y cuarto lugar hay muchos novios.
El objetivo de un equipo siempre es ganar aunque, más que un propósito, la obligación se convierte muchas veces en ineludible. Si cada jornada Mestalla debe ser un fortín donde el visitante baile la música que ponga el equipo de casa, cuando los que en la tabla van por delante han cumplido, no se puede perder comba.
El triunfo fue tan justo como ajustado ante un rival que demostró que quiere está decidido a salir del pozo, pero una vez más ha vuelto a quedar patente que si el Valencia mete mucho miedo en ataque, el sistema defensivo da demasiado canguelo, porque aunque se acumulen jugadores delante de la portería, el rival acaba teniendo opciones. No se trata de compensar brillantes acciones ofensivas con tanto sufrimiento. Es necesario buscar un equilibrio. Ahora que estamos camino de que el mercado de invierno suba la persiana, sería momento de decidirse a buscar lo que hace falta, que no es poco. Sobre todo si se va Fernández, si Dealbert sigue sin contar.. Por cierto, si el castellonense no cuenta, como parece, Oltra se lo podría llevar al Almería, porque él lo conoce bien de su época en Castalia y seguro que le sacaría rendimiento.
Arriba vamos servidos, pero atrás no. Está claro que la manta deportiva no da para tanto. El problema es que la manta económica, tampoco. Es escrutinio lo dice así.
177. (Publicado en Las Provincias el 29 de noviembre de 2010)

27/11/10

Ricardo Arias

Goles y errores

¡Cuántas veces hemos oído eso de que lo importante es ganar! Es el paradigma del fútbol. Sobre todo para los entrenadores, que como aves de paso, no disponen de tiempo suficiente para mirar más allá. Para los dirigentes y aficionados el pódium también es el objetivo. Sirve para sacar pecho, de respaldo económico, y para los sentimentales que se rascan el bolsillo es el mejor regalo. Hay quien se queda ahí.
El Valencia goleó al Bursasport con un marcador más propio de Roland Garros que de Mestalla. Por lo abultado parece que obliga a cantar alabanzas y obviar las carencias defensivas de un equipo al que en el primer cuarto de hora un grupo de amigos que había ganado la liga turca le sacó los colores varias veces. ¿O no? Seguro que Unai, que tendrá todos los defectos que sus detractores quieran buscarle, le habrá dado mil vueltas a los errores defensivos de su equipo (digo equipo, no defensa).
A pesar de que los resultadistas no irán más allá del espléndido marcador, el técnico del Valencia no debe estar contento, aunque la media docena de goles haya reforzado su credibilidad, y la puñetera lesión de Moyà sirva para que muchos que cuestionaban su negativa a una cesión de Guaita, ahora le doren la píldora porque ven en el portero de Torrent una garantía de presente.
Jugar, ganar, tal vez golear. En el fútbol no importa el idioma, porque el triunfo y la derrota tienen un lenguaje universal. De madrugada, después de un tentempié y del análisis de los desajustes defensivos y los aciertos en ataque del Valencia, un colega amigo se refirió al dualismo del deporte y denunció los habituales cambios de conjugación de quienes cuando es conveniente y están satisfechos con su equipo, utilizan el «ganamos» pero no dudan en transformarlo en «perdieron» si las derrotas escuecen. Creo que se trata de un error más de sentimiento que semántico. Por eso ahora, en época de carestía, una goleada da mucho lustre al triunfo y relega y hace olvidar errores que en otras circunstancias nadie pasaría por alto.
176.  (Publicado en Las Porovincias, 26 de noviembre de 2010)

Santiago Cañizares

Furió al cuadrado

GRANDES FIGURAS DEL VALENCIA

GRANDES FIGURAS DEL VALENCIA

25/11/10

Sombra aquí y sombra allá...

Valencia Fruits (nº 2.470, 23 de noviembre de 2010)

24/11/10

DORMIR A PIERNA SUELTA

Hoy y aquí deberíamos hablar exclusivamente del Valencia. De la importancia que tiene el partido de esta noche en Mestalla, porque si los de Unai ganan al Bursasport ( y no dudamos que el Manchester se deshará del Rangers), habrán certificado la clasificación para los octavos de la Champions y todos los aficionados podrán dormir tranquilos.
Transcendencia, en lo deportivo, para que Unai despeje dudas y concilie el sueño, y decisiva repercusión en lo económico, para que Llorente también descanse a pierna suelta. Dormir bien es muy sano. La continuidad reporta muchos euros. 800.000 por la victoria, tres millones por la clasificación, aparte de la recaudación por taquilla y el porcentaje del variable final de televisión.
Deberíamos hablar sólo del Valencia, de la convocatoria, de las bajas, de las alternativas en la alineación, de la escasa asistencia que hubo en el encuentro anterior (y eso que era el Rangers; veremos hoy), de las estadísticas favorables con los equipos turcos. De soñar con un triunfo. Pero no me resisto a pasar por alto la barbaridad con la que nos despertamos ayer, sobre todo porque el disparate aumenta por la pasividad de los organismos deportivos y de las autoridades.
De buena mañana un grupo de 'Ultrasur', que se desplazó a Amsterdam para acompañar el Real Madrid, trató de facturar en Barajas una bolsa con 19 bates de béisbol. La policía los calificó de «armas» y los requisó, a la vez que abrió un acta de infracción por vulneración de la Ley del Deporte.
Lo de incautarse de los bates está muy bien, porque estos angelitos no entienden ni papa de 'pitchers' y 'catchers'. Pero lo de la Ley del Deporte... Como el hecho se produjo en la terminal del aeropuerto, no lo acabo entender, sobre todo cuando existen leyes civiles y penales. Y tampoco asimilo lo de permitir que pudieran continuar viaje y dormir tan tranquilos. Pero más me desconcierta que quienes tienen la solución en su mano y miran hacia otro lado, puedan conciliar el sueño.

175. (Publicado en Las Porvincias, el 24 de noviembre de 2010)

22/11/10

TARJETAS Y CAMBIOS

uando se cumple un tercio de la Liga y los jugadores, como ocurre en el caso del Valencia, acumulan 50 amonestaciones, hay que hacérselo ver. Algo no funciona. Conforme avanza la competición la situación es tan preocupante como las lesiones. A los jugadores que pasan por la enfermería hay que añadir los que rozan un encuentro de sanción (Navarro, Éver, Aduriz, Soldado y Tino). Son circunstancias que afectan al devenir.
En el deporte de contacto son habituales las acciones punibles. La mayoría obedecen a la inercia del juego, pero otras tienen pinceladas de cruce de cables. También hay situaciones estúpidas debidas al desconocimiento del reglamento, y demasiadas se deben a errores de quien ni lleva toga ni puñetas, pero la hace por sus arbitrarias interpretaciones.
No es un eximente para los valencianistas, pero algo huele mal en esto de las amonestaciones. Infracciones al margen, estamos viendo demasiadas varas de medir. No se trata de que uno prefiera que su asunto caiga en tal o cual juzgado, porque su titular es así o asá. No es eso. Es que repetidamente se produce que el mismo individuo, diez minutos después de un desacierto, comete un nuevo pecado cuando compensa el error anterior.
Además de las veleidades de los árbitros, no hay que dejar de lado las caprichosas normas y los dislates del comité sancionador que en ocasiones aplica criterios que van desde la indignación, si afecta al equipo de uno, hasta la carcajada, en el caso de que a ese le resbale el damnificado.
Muchas incongruencias. Entre otras que el castigo con la tarjeta roja resulte más favorable que la expulsión por doble amonestación. En el primer caso, la sanción se cumple en el partido inmediato, que probablemente sea de Copa contra un rival menor. En el otro afecta a la siguiente jornada.
Como las tarjetas de Navidad, desplazadas por sms y mails, las amarillas y rojas necesitan un repaso. Los jugadores han de reflexionar, sí, pero se impone un cambio de criterios y protagonistas.

174. (Publicado en Las Provincias, el 22 de noviembre de 2010)

Una pincelada de historia del Valencia

Kempes protagoniza el domingo 21 el primer fascículo, escrito por el periodista Luis Furió e ilustrado por su hijo, el pintor Luis Furió Fornes.
LAS PROVINCIAS regala la biografía ilustrada de once de los grandes futbolistas blanquinegros
M. RODRÍGUEZ VALENCIA..- ¿Quiénes encarnan las principales leyendas que han pisado el césped de Mestalla? Muchos. Por el coliseo han desfilado cientos de grandes futbolistas, pero LAS PROVINCIAS ha reunido uno de los onces que haría temblar a cualquier lugar. Todos ellos aparecerán en la colección Grandes Figuras del Valencia, que podrán disfrutar de forma gratuita los lectores del diario a partir del domingo 21 de noviembre.
Dentro de una semana se publicará la biografía ilustrada del Matador, uno de los goleadores más grandes de toda la historia. Los lectores podrán conocer detalles de la vida y la carrera futbolística de Mario Alberto Kempes. Será la gran excepción, pues el resto de los fascículos de esta colección se entregarán con la edición de cada lunes de LAS PROVINCIAS.
Al día siguiente, el 22 de noviembre, los lectores podrán disfrutar de la entrega dedicada a uno de los mejores guardametas que han pasado por Mestalla. Se trata del internacional Santiago Cañizares. Y a partir de ahí, de semana en semana, una nueva entrega. Y totalmente gratis sólo por comprar LAS PROVINCIAS.
La colección Grandes Figuras del Valencia tendrá su puesta de largo en una gala que se celebrará en el hotel Astoria el próximo martes a las 20 horas. El acto estará moderado por Antonio Badillo, redactor jefe de Deportes de LAS PROVINCIAS, e incluye una tertulia deportiva. Asistirán futbolistas blanquinegros, ex jugadores, peñistas y directivos del club de Mestalla.
Las once biografías que componen la colección han sido elaboradas por el periodista deportivo Luis Furió, uno de los grandes estudiosos de la historia del Valencia. Las publicaciones están ilustradas por su hijo, el acuarelista Luis Furió Fornes.
Faltan muchos de los grandes, como es lógico cuando hay que hacer un once, pero la colección Grandes Figuras del Valencia recoge a algunos de los genios que más tardes de gloria han dado a la afición valencianista. Futbolistas nacidos en la capital del Turia, pero también otros que llegaron desde muy lejos para hacerse con el corazón de toda la grada de Mestalla.
Es el caso de Claudio López, el 'Piojo'. Uno de los mayores estiletes del fútbol contemporáneo, aquel argentino eléctrico que trajo de cabeza al Barcelona de Louis Van Gaal. Su socio natural será el protagonista de la siguiente entrega. Se trata de Gaizka Mendieta, el hombre de los pases impensables y de los goles increíbles, como aquel que le marcó al Atlético de Madrid en la final de la Copa del Rey de Sevilla.
Para que Piojo y Mendieta abanderasen el mejor ataque del Valencia de la modernidad, también se hizo necesaria una de las zagas más fiables de la historia blanquinegra. Sin duda el gran protagonista fue otro argentino, Roberto Fabián Ayala, el central que quiso el Real Madrid pero que no se marchó de aquí.
Y con ellos el conocido en toda la ciudad como murciélago del escudo. Capitán de por vida aunque ya no lleve el brazalete, David Albelda encarna el sentimiento valencianista. A ellos se suma un italiano que llegó siendo veterano pero ha dejado huella en la historia de este club. Un fichaje sobre el que muchos recelaron y que se metió a la afición de Mestalla en el bolsillo: Amedeo Carboni.
Los siguientes protagonistas de la colección Grandes Figuras del Valencia vivieron años complicados en su etapa como futbolistas. Ricardo Arias lideró aquella defensa, una de las mejores de la historia, que se retiró sin el reconocimiento de los títulos. También marcó una época el Catedrático, Fernando Gómez Colomer. El legendario centrocampista es hoy consejero del Valencia y columnista de LAS PROVINCIAS. Lubo Penev ha sido uno de los grandes matadores de la historia del Valencia. Para terminar, la biografía de otro mito: el lateral Juan Cruz Sol.

(Las Provincias, 14 de noviembre de 2010) ¿Cuántos millones de euros costaría actualmente reunir a once futbolistas con tales prestaciones? LAS PROVINCIAS lo ha conseguido y sus lectores podrán disfrutar de forma gratuita de este ambicioso proyecto editorial a partir del próximo domingo

18/11/10

ZP va de campaña

Publicado en Valencia Fruits (nº 2.469, de 16 noviembre 2010)

13/11/10

"Lobo" Diarte

12/11/10

La copa, el vaso y el chupito

La sentencia sobre el cobro del canon digital en España sirve de carnaza para que el personal se entretenga en debates que tanto gustan a quien yo me sé, y viene a cuento lo de las copias ilegales para recordar a los clubes de fútbol que nadie les pediría royalties aunque plagiaran integrante el planteamiento que los ingleses dan a la Copa, que aquí, venida a menos, ni siquiera llega a vaso y se está quedando en chupito.
Lo de llegar hasta la final de Wembley a partido único, disputado en terreno del rival de menor categoría (con sorteo de escenario en caso de enfrentamiento entre dos grandes) es la panacea que con ligeras variantes (casos de desempates y prórrogas) aplican los alemanes y franceses. Pero los clubes españoles se resisten.
Mientras que los recintos británicos se llenan y el torneo mantiene un prestigio, aquí los dirigentes se lamentan de la escasa asistencia de público, se hacen cruces por el enorme gasto que supone y por el escaso interés que despierta la competición.
Pero año tras año, cuando llega el momento de decidir el cambio, los responsables de los clubes dan lo que en valenciano castizo se llama 'cabotá'. Lo que diga el jefe, y vuelta a empezar. Incluso da la impresión de que en todo esto de paso se le hace la pelota a los de la UEFA, que tampoco están demasiado interesados en la competición, porque antes de premiar al campeón con el pasaporte para la Champions, prefieren ofrecérselo al cuarto clasificado de la Liga.
Parece que los clubes sean abstemios en esto de la Copa, aunque en muchos antepalcos de autoridades se despache irlandés de calidad y en cantidad. Habrá que darle la razón a Mourinho cuando asegura que el torneo no le gusta a los españoles, que cada año se preguntan casi hasta el último momento dónde se jugará la final.
Se impone el cambio. En esto, plagiar no está penado. Dicen que los dirigentes se tomarían las cosas de otra manera si hubiera buenas dietas, pero no les extrañe que la única variación fuera establecer la sede de la final en Tokio, como la del Mundialito de Clubes.
173. (Publicado en Las Provincias, 12 de noviembre de 2010)

10/11/10

El verbo repartir

En las últimas horas el Valencia ha conjugado el verbo repartir en casi todas sus acepciones. Iturralde al margen, cuando nos referimos a la derrota en Sevilla, repartir se utiliza desde el significado de la adjudicación a los actores de los papeles que tenían que interpretar en el Pizjuán, hasta la distribución de las culpas por los errores cometidos que desembocaron en la pérdida de los tres puntos.
En el reparto también aparece el significado de entregar algo a su destinatario, que en este caso es un recadito en forma de sanción a la polémica gastroenteritis de Banega. El esperado punto final al exceso que provocó su retraso en el entrenamiento del sábado y el posterior descarte como castigo para el partido en Nervión.
Pero el asunto de Éver entraña una enorme dificultad, porque cuando se habla de sanción conviene determinar cuál es la que menos perjudica al club. Si un castigo deportivo (¿renunciar a un futbolista con importancia en el grupo?) o una penitencia económica, si es que se puede aplicar de acuerdo con el convenio colectivo de los futbolistas. Y otrosí digo: en ocasiones pasadas, algún correctivo pecuniario se diluyó como el azucarillo en el café y nada se supo.
Si en el reparto nos detenemos en la acepción del elenco que Unai presentó en Sevilla, no hay pero que valga. Un equipo equilibrado, con carácter netamente ofensivo. Además, luego de la expulsión de Topal el grupo mantuvo las constantes y siguió dando guerra... hasta que perdió la cabeza. Cuando se juega con uno menos hay que tener los pies en el suelo más que nunca. No es cosa de ir a lo loco y que en una contra te dejen las vergüenzas al aire por falta de atención.
Reparto. Cada palo ha de aguantar su vela. Unai, Miguel, Mathieu, Fernandes, Jordi. y también Llorente. Golpecitos en el pecho, sí, pero se impone una solución rápida porque, «¡mayday, mayday!», el peligro es inminente. En el vestuario sale humo y, Logroñés al margen, el domingo llega el Getafe, el sábado es la junta general y el acto seguido hay que visitar El Madrigal.
172. (Publicado en Las Provincias, 10 de noviembre de 2010)

Cuestión de prioridades

Valencia Fruits, nº 2.468 (9 noviembre de 2010)

Nombre y apellidos

¡Se ha liado una buena con lo de los apellidos! ¿Era necesario? Desde los dos rincones del cuadrilátero se exponen los argumentos. Unos defienden la ley en trámite parlamentario sobre el orden de los apellidos porque entraña mayor igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y para otros no es más que una cortina de humo que enmascara problemas sociales de primer orden, como el desempleo, la corrupción o la delincuencia.
En las últimas horas en el Valencia también se ha utilizado una maniobra de distracción, en este caso sobre un apellido, el de Banega, aunque no se evitan los comentarios. El sábado los servicios médicos del club diagnosticaron al futbolista una gastroenteritis, valoración que ayer sirvió a Unai de argumento para descartarlo de la convocatoria ante el partido que el equipo disputará esta tarde-noche en Sevilla.
No vamos a poner ni un pero al criterio médico. Gastroenteritis: inflamación de las mucosas del estómago. Se ve que a Ever no le sentó bien la cena del viernes. O el posterior resopón... ¡Vaya usted a saber! Esa noche, en contra de las recomendaciones que le dieron, el entrenador invitó a la plantilla en un restaurante de la playa para festejar su 39 cumpleaños, y al día siguiente el jugador argentino no estaba en condiciones de ejercitarse.
En torno a la ausencia del futbolista, el técnico ayer guardó un silencio que habla por sí solo y, desde luego, no se pronunció sobre si la exclusión de la lista de viajeros se debía a un castigo encubierto, como se sospecha en algunos sectores del club, que aluden a la deontología profesional, los derechos, los deberes y las normas.
Es bueno que el entrenador lave en privado los trapos sucios, pero la situación destila excesivas incógnitas y a la vez emana un tufo de que hay algo no se ha gestionado bien desde hace algún tiempo. Algo a lo que se debe poner coto para que no se repita. Ni con un argentino ni con un español ni con un portugués.
Se puede debatir sobre el orden de los apellidos. Pero lo que no admite discusión es que se falte al orden por asuntos que no tienen nombre.
171. (Publicado en Las Provincias, 8 de noviembre de 2010)

6/11/10

Javier Subirats

5/11/10

El error

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.467 (2 de noviembre de 2010)

La hierba de Mestalla

En el bar sonaba a todo trapo una canción de Melendi cuando a mi amigo el valencianista dejó caer el asunto sobre la barra. «La hierba de Mestalla es de mala calidad», espetó disgustado. Luego aclaró que se refería al césped y, sin tacto alguno, aseguró que desde lo alto del anfiteatro «las calvas destacan más que la del presidente sentado en el palco».
Pero la cosa no es para ir con bromas, porque el estado del terreno de juego siempre influye en el fútbol que desarrolla un equipo y, además, muchas veces el capítulo de lesiones va estrechamente emparejado a las deficiencias que presentan los tepes. Hay demasiados ejemplos. No es necesario remontarse más que unas semanas para recordarlo porque los campos de la ciudad deportiva de Paterna también han sido y son ejemplo de irregularidades y de algunos esguinces provocados por las imperfecciones del césped.
Desde el principio de temporada el entrenador y los futbolistas han mostrado su preocupación y han expresado sus quejas donde tenían que plantearlas. Hasta ahora no ha habido una respuesta y ya va siendo hora de que quienes mandan se aprieten los machos, se olviden de parches y de capas de un ridículo maquillaje verdoso, y adopten las medidas oportunas y necesarias para subsanar lo que se ha convertido en un grave problema (el de Paterna también), que semana tras semana se va acrecentando.
La alfombra de Mestalla apenas ha durado un año y eso que al recinto no se le han dado otros usos, como ocurre en diferentes lugares. Vamos, que no puede servir se excusa porque sólo se ha utilizado para jugar al fútbol.
En septiembre de 2009 se colocaron más de 9.000 metros cuadrados de una hierba llamada de última generación que, no es de Holanda, no. Es un césped especial que se ha utilizado en estadios de Australia y Estados Unidos, donde ha funcionado y funciona. Pero aquí, sea por lo que sea, por las altas temperaturas del verano, por la calidad, por un tratamiento inadecuado, por hache o por be, está hecho unos zorros.
170. (Publicado en Las Provincias, 5 de noviembre de 2010)

3/11/10

La mejor medicina

Ahora qué pasa, que el equipo ya es bueno? De momento el Valencia ha conseguido levantarse y encima ha dado un paso de gigante en la Liga de Campeones. Ha revertido una situación agónica, y de estar contra las cuerdas ha pasado llevar la iniciativa. Ha tomado aire y ha vuelto a ser un bloque con actitud. Un grupo que ha mostrado ganas de recuperar la senda de la coherencia. Con el 3-0 frente al Rangers todos los temores y fantasmas que le rodeaban en las últimas semanas desaparecen como por arte de magia.
Cuando comenzó la temporada y el Valencia iba viento en popa, algunos aficionados se dejaron llevar por una ilusión colectiva y no tardaron en convertirse en ingenieros de obras públicas que, sobre el trazado de los buenos resultados, proyectaban repetidos arcos de triunfo. En la medida en que el equipo se afianzó en la cabeza de la clasificación, una tras otra se fueron levantando las construcciones, y la mirada cada vez iba más arriba.
Era el 'yes, we can' de quien en un pasado reciente había disfrutado de títulos y no se resigna a la simple añoranza. Quería reeditarlos. Volver a disfrutar. Y pensó que puede hacerlo. Sin embargo, como ocurre con el tiempo, en ocasiones tan inestable, después de la euforia inicial llegaron varios tropiezos consecutivos y aquella imaginación se transformó en indignación. «Este no es mi Valencia, que me lo han cambiado», se lamentaban los seguidores.
En esta ocasión no fueron alteraciones en las neurotransmisiones cerebrales lo que provocaron el inmediato paso de la euforia a la depresión. ¡Qué va! El trastorno bipolar se originó por los malos resultados que, como dice un buen amigo, arrancaron en los últimos minutos del primer tiempo del partido del Camp Nou, cuando Pablo Hernández pudo machacar pero fue incapaz de subir el 0-2 al marcador.
Después llegaron las indigestiones en Ibrox Park y en Mestalla frente al Mallorca y Zaragoza, apenas aliviadas con el 'almax' copero de Logroño. El 3-0 de ayer ha sido la mejor medicina para el enfermo. El Valencia vuelve a respirar, pero le queda un largo camino por delante y no se puede detener. Ha de seguir mirando al frente
169. (Las Provincias, 3 de noviembre de 2010)

1/11/10

Jordi Alba

Sombras y luces

Vamos a poner por delante que mañana no cabe otra cosa que no sea ganar al Rangers en Mestalla en partido de Liga de Campeones, y si para ayudar al Valencia a conseguirlo resulta imprescindible mentir y defender que lo está haciendo bien, no vacilaremos en hacerlo. Que no haya excusas. Ya habrá tiempo de analizar errores. Ahora vamos a proclamar a los cuatro vientos que esa confianza que Unai Emery dice que ha perdido el equipo, la afición la tiene vivita y coleando para llevar en volandas al grupo que ha de superar a los escoceses y asegurar la clasificación.
¡Hala! Ya está dicho. A unas horas del decisivo partido de Champions, ese es el mejor mensaje que se puede lanzar a los futbolistas y al técnico para desterrar sombras y para que todos recuperen cuanto antes la claridad que mostraron al inicio del campeonato, cuando parecía que el Valencia utilizaba gasolina de avión.
Y hasta aquí, lo que el jugador y el entrenador pueden leer. Lo que viene a continuación han de evitarlo. Si quieren echarle un vistazo, que sea a partir de mañana. Hoy no, porque ahora vamos a hablar de defectos y eso a lo mejor no ayuda a mejorar, aunque Unai airee la ausencia de confianza de un equipo que, desde que comenzó la temporada, en Mestalla ha estado envuelto en tinieblas.
La confianza debe de fundamentarse en la realidad y la del Valencia determina que en el maltrecho y coloreado césped de Mestalla, los rivales le sacan el rubor. El equipo ha ido de sobresalto en sobresalto. Lo dicen los resultados, desde el del Racing (1-0) al del Zaragoza (1-1), pasando por los del Atlético (1-1), Manchester United (0-1), Athletic (2-1) y Mallorca (1-2).
Lo desvelan los sistemas. Lo refrendan las alineaciones de jugadores (Miguel, Ricardo, Navarro, Mathieu, Ever, Fernandes, Vicente, Domínguez, Pablo.) que por su estado, sea o no por salir de una lesión, muestran un nivel bajo. Y lo dice la afición aireando sus pañuelos, aunque mañana, de inicio, seguro que volverá a dar un voto de confianza.
Pero para que la pesadilla se muerda la cola el equipo ha de corresponder y ofrecer bastante más de lo que está dando.
168. (Las Provincias, 1 de noviembre de 2010)