29/10/10

La picardía de Unai

Muchas veces hemos oído decir que el fútbol es para listos y en bastantes ocasiones lo hemos observado de forma evidente. Siempre que la picardía no cruce la línea que la separa de la estafa, hay que hacerla valer. Unai lo hizo en Logroño, porque fue él quien inició la jugada del primer gol en Las Gaunas.
El entrenador del Valencia, siempre de pie, de aquí para allá en el área técnica, gesticulando, dando instrucciones y palmas de asentimiento cuando las cosas van bien y de ánimo cuando se tuercen, fue muy hábil. Estuvo atento para recoger el balón que había salido por la banda y dárselo con presteza a Jordi Alba.
El chaval, que también es muy vivo, fue una prolongación del técnico. Lo envió con rapidez sobre Mata que, bueno, ya saben el desenlace. Desesperación de los riojanos, que no daban crédito a cómo en un abrir y cerrar de ojos les 'robaban' la cartera. La veloz internada del mundialista acabó con asistencia a Adúriz para que el guiputxi abriese la lata. Pero a Unai, lo que es de Unai.
La tarea del entrenador va más lejos de la docencia que implica el cargo. Más allá de dar respuesta a la elección de los futbolistas, de diseñar tácticas. El técnico ha de adecuarse a una sociedad cambiante y eso implica aprovechar cualquier situación en beneficio del grupo. A veces el mínimo detalle tiene inmeso valor.
Me viene a la memoria que un prestigioso entrenador de fútbol refería la importancia de la actitud con la que el futbolista afronta el partido o determinada acción durante el juego, pero también la del propio técnico, su carácter para defender al grupo.
Aquél veterano aludió a una jugada similar a la que inició Unai en Las Gaunas y también puso otro ejemplo: en determinado momento, desviar la atención del grupo y centrarla en sí mismo aunque le cueste una amonestación, con el fin de ganar un tiempo muerto que frene el ritmo del rival. Hablaba de situaciones que no tienen nada que ver con simular una lesión o fingir una zancadilla. Porque una cosa es ser tramposo y otra, muy distinta, ser avispado, como Unai.
167. (Publicado en Las Provicias, 30 de octubre de 2010)

27/10/10

Unai mira a corto y medio plazo

El ser humano comete errores y, si inteligente, como racional con capacidad para analizar sus actos y dominar sus impulsos, los lamenta pero no duda un segundo en admitirlos. Además, enseguida busca solución. Trata de poner remedio. Por eso, que un entrenador reconozca abiertamente que se ha equivocado, sin poner excusas vanas, dice mucho a su favor. Y si lo hace en caliente, un rato después de cometer el pecado, más todavía.
Está claro que Unai se equivocó ante el Mallorca, pero eso no significa que haya que lapidarlo. Hay que hablar de accidente. Además, es bueno que después de la derrota entonara el mea culpa sin mirar a sus jugadores, aunque podía haberlo hecho perfectamente porque, a pesar de que las actitudes están ligadas al estado de ánimo de los futbolistas, la disposición también es obligada. Tan preceptiva como debería ser lo de lavar en casa los trapos sucios y no airear asuntos sin sentido. Por ejemplo lo del 4-3-3, siendo que el equipo jugó con dos centrocampistas y un enganche. Ya sabemos que el elegido no pisa el área por si se rompe; pero su función no era la de desenvolverse de espaldas al marco ni desplazarse al medio del campo a recibir el balón.
Después de chaparrón debía venir la calma, la charla para poner los puntos sobre las íes y los jugadores dijeron lo que piensan y el entrenador también. Ayer escuché a Unai referirse a la importancia de saber elegir. A la trascendencia de recuperar jugadores y acertar a moderar sus participaciones, porque aparte de que esto no ha hecho más que comenzar, está obligado a mirar a corto y a medio plazo para dar respuesta a tres competiciones.
Ahora toca el Logroñés en la Copa y el Valencia no puede caer en errores de un pasado no muy lejano, con excesos de confianza como Guadix, Alicante, Pamplona o Lleida. Ha de resolver, aunque los riojanos quieran hacer bueno lo de «a entrenador nuevo.»
El de hoy es el examen más importante porque es el primero. Pero a continuación el equipo ha de de resolver dos más: el del sábado, ante el Zaragoza, y el del martes, frente a los escoceses de Glasgow.
166. (Las Provincias, 27 de octubre de 2010)

26/10/10

Mi amiguita Laura

Mi amiguita Laura Folgado me ha hecho llegar este bonito dibujo, y aquí lo coloco para que lo disfruten todos los que entren en este blog. Por cierto, si alguien le puede conseguir cromos de Bob Esponja, seguro que le pinta algo parecido en agradecimiento. ¿Verdad Laura?

Leire, lolairo, lairo, loleire... (léase imitando la voz de Lauren Postigo)

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.466 (26 de octubre de 2010)

El piloto rojo de Emery

Cuando hace unos días Unai Emery utilizó la expresión «piloto rojo», ni se refería al mítico aviador alemán que hizo historia en la primera guerra mundial ni tampoco al asturiano Fernando Alonso, que ayer en Corea se situó a paso de alcanzar su tercer título. ¡Qué vá! El entrenador del Valencia dijo eso antes del viajar al Camp Nou y con ello sugería que a lo largo del camino de octubre y noviembre, su equipo se iba a encontrar con enemigos que consideraba complicados: Barça, Rangers, Mallorca. Y seguirán, por este orden, Racing, Zaragoza, de nuevo el campeón escocés, Sevilla, otra vez el equipo cántabro, Getafe, Villarreal y Almería, hasta llegar al duelo con el Real Madrid, que será a primeros de diciembre.
El sábado, cuando abandonaba Mestalla, me encontré a ese amigo valencianista que tantas veces asoma en esta columna. Lo ví desencajado. ¡Estaba el pobre como para gastarle bromas! Por la boca echaba sapos y culebras. Y cuando le recordé lo del «piloto rojo» de Unai, no quiso compartir la acepción de avisador o señal luminosa que indica o transmite determinada información. No. Él se limitó a ironizar comparándolo al kamikaze que se lanza a pecho descubierto. Defendió su planteamiento mostrando el papel en el que aparecía la formación inicial que había presentado Unai ante el Mallorca. «¿Esto es de recibo? ¡Pues no digo más ná!», espetó antes de despedirnos.
A mi amigo le pasaba lo mismo que a Unai en el momento en que compareció en la rueda prensa post partido. «En caliente no es bueno hablar», comenzó. «Ni cuando ganábamos era tan bonito ni esta derrota es tan negativa», le escuché luego, aparte de una retahíla de verbos como son motivar, organizar, contrarrestar, acertar y rendir. Aunque los repitió en varias oportunidades, horas antes, cuando era necesario, no supo enunciar ordenadamente las formas que denotan sus diferentes modos, tiempos, números y personas. Desde el momento en que escribió el once en la pizarra, se equivocó en las conjugaciones y se encendió su piloto rojo.
165. (Publicado en Las Provincias, 25 de octubre de 2010)

23/10/10

Adiós, presidente; adiós, amigo

LUIS FURIÓ VALENCIA.- Arturo Tuzón fue un señor presidente del Valencia y un presidente señor para el club. Ayer se consumió la lumbre y nos dijo adiós con el mismo silencio y la misma compostura que siempre le caracterizó. Tuzón fue un hombre recto, ecuánime y honrado, con la sensatez por lema. El valencianismo estará en permanente deuda con él porque fue quien en 1986 devolvió al equipo a la Primera División y a las competiciones europeas y quien estableció los criterios para sanear la economía de la sociedad.
Tuzón, que aunque se crió en la Vall d’Uxo, nació en Montán (Castellón) hace 82 años, fue un empresario de prestigio. Un industrial del sector de la maquinaria agrícola y propietario del trinquete Pelayo de Valencia, que llegó al de Mestalla encabezando un grupo de consenso formado para tratar de sacar adelante una nave que iba a la deriva.
Aquella candidatura la fraguaron amigos, políticos e incluso empleados del club, con la premisa de sacar adelante un proyecto deportivo y económico. Y lo consiguieron. Durante los siete años que Tuzón estuvo al frente de la sociedad (1986-1993), aparte de que en la primera temporada rescató al equipo del pozo de la Segunda, todos los ejercicios se cerraron con superávit.
Las acuciantes deudas habían obligado al nuevo presidente a enarbolar el estandarte de la austeridad y, rodeado de un equipo con ganas de trabajar y muchas ideas (el primer consejo lo formaron Andreu, Aznar, Domingo, Marco, Moret, Orihuela, Pont… ), uno a uno fue cumpliendo los objetivos, a pesar de que los últimos años de su mandato, bajo la obligada conversión del club en sociedad anónima deportiva que él nunca compartió, se enturbiaron por las críticas de un sector de la grada que entonó aquello de “Arturo, suelta los duros” como respaldo a la oposición del consejero Francisco Roig, que tenía otros aires de grandeza.
Sin embargo, bajo el mandato de Arturo Tuzón se fomentó el trabajo de la cantera con la presencia de jugadores como Giner, Voro, Camarasa, Quique, Arroyo, Revert, Fenoll, Mendieta y los ya consolidados Sempere, Arias, Subirats y Fernando, y además en su haber aparecen los fichajes de futbolistas del nivel de Ochotorena, Eloy Olaya, Mijatovic, Penev…
Esta noche Mestalla tiene una obligación. La condolencia para doña Natividad y para sus hijos Arturo, Vicente y María Dolores y el respetuoso recuerdo a un señor presidente del Valencia; a un presidente señor.

(Publicado en la página web de Las Provincias, el 22 de octubre de 2010)

Ricardo Costa

22/10/10

Juego por las bandas

Ya hay que mirar de frente al partido de mañana con el Mallorca, aunque no me resisto a recordar que Unai se equivocó en Escocia. Y él lo sabe. Pero, ¡ojo!, los futbolistas que alineó frente al Rangers también deberían hacer un examen de conciencia y darse los correspondientes golpecitos en el pecho, porque estamos hablando de un colectivo y, como tal, cada palo debe aguantar su vela. Y no hace falta dar nombres.
Es lógico que las críticas se centren en el capitán del barco, porque es la cabeza visible. Y hasta cierto punto también es normal que se critique el dibujo y se discuta si es más efectivo el 4-2-3-1, el 4-4-2 o el 4-3-3, porque todos llevamos dentro un entrenador en potencia. Pero aparte de estos debates y de lanzar dardos al timonel, habrá que pensar que tampoco estuvieron inspirados los encargados de manejarse en el trinquete, en el palo mayor y en el de mesana, o los que desenvolvieron entre jarcias y botavaras.
La culpa no fue sólo del cha-cha-cha y habría mucho que hablar de la falta de personalidad con la que el Valencia afrontó el partido de Ibrox. La primera lectura es que el equipo transmitió la sensación de que ignoraba que el campeón escocés iba a entregarle el balón para jugar a la contra, porque acabó por mostrarse como un bloque que careció del hambre de victoria con la que nos había acostumbrado.
El miércoles muchos aficionados echarían de menos la concentración, la determinación, la ambición y el ansia de los últimos partidos. Yo al menos no la vi. Mucha posesión de balón, sí, pero como un día ironizó Di Stéfano, «¿en estos casos también se contabiliza el tiempo que el jugador está en con el balón en las manos cuando va a realizar un saque de banda?».
Vamos a pensar que lo de Escocia fue un mal día y que los graves problemas que el equipo tuvo atrás y delante no fueron sólo culpa del medio campo. Pero otro vez, cuando un rival tenga a todos colgados del larguero (bueno, dejaron a Miller en punta) convendrá pensar en las bandas. Quiero decir, jugar por las bandas, para no acabar siendo una banda.
164. (Publicado en Las Provincias, el 22 de octubre de 2010)

20/10/10

Saber elegir

Todos sabemos la importancia que tiene saber elegir y acertar en la elección. En la que sea. Hoy Unai se va a encontrar en esa tesitura. El entrenador del Valencia se ha llevado a Escocia a todos los futbolistas disponibles, 21 jugadores, de los que primero tendrá que descartar tres y después seleccionar los once que considere más apropiados para iniciar en Ibrox Park el decisivo partido frente al Rangers.
¿A ustedes no les ha pasado alguna vez eso de decir «esto ya lo he vivido» sin que se trate de un dèja vu? ¿Que concurra una situación idéntica a la real de un pasado más o menos lejano? Pues eso me viene a la mente al pensar en el partido de hoy, porque hace treinta y un años hubo un duelo similar en necesidad y escenario. El Valencia estaba obligado a ganar para seguir vivo, entonces en la Recopa de Europa.
En la madrugada del 7 de noviembre de 1979, en el hotel donde los valencianistas velaban sus armas para enfrentarse horas después al Rangers, Di Stéfano, que era el entrenador, le daba vueltas a la alineación. Estaba decidido a dejar fuera del once a Kempes y Bonhoff, mientras el presidente, Ramos Costa, se hacía cruces: «¡Este hombre quiere que además de perder la eliminatoria nos maten al llegar a Valencia.!»
Tal vez fue la labia de Ramos o la reflexión del técnico, pero finalmente jugaron los dos y, además, el centrocampista alemán abrió el camino de la victoria y luego el Matador hizo dos dianas que sentenciaron la clasificación (1-3).
La clave de aquel partido estuvo en el bloque. En la apuesta revolucionaria de Di Stéfano, que entre otros dio paso a un joven Subirats, que realizó un gran encuentro, y al también imberbe Pablo Rodríguez, extremo asturiano a quien por su velocidad los escoceses bautizaron como 'la ardilla de Ibrox Park'.
Hasta ahora Unai ha elegido bien (con algún borrón, como el mejor escribano) y hoy está obligado a acertar, como hizo Alfredo hace treinta años. Pero además, de la misma forma que entonces, los elegidos han de mostrar su tino para que sus nombres puedan brillar con letras de neón.
163. (Las Provincias, 20 de octubre de 2010)

19/10/10

Corbacho no necesita inscribirse en el INEM

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.465 (19 octubre 2010)

18/10/10

Escocia, Barça y Laporta

Conviene recordar una vez más, aún a riesgo de pecar por reiteración, que el partido que importa de verdad es el de pasado mañana en Glasgow. El del Camp Nou ya es agua pasada y ahora toda la atención hay que fijarla en Ibrox, porque de la victoria frente al campeón escocés va a depender la clasificación para los octavos de final del torneo, que lleva emparejada una cuestión de evidente interés crematístico.
Sin embargo, antes de seguir con lo del equipo de los protestantes, resulta adecuado recordar que en Barcelona el Valencia demostró personalidad durante el primer tiempo. Luego pagó el esfuerzo, se esfumaron las ideas y le dio vida al Barça. En el cómputo global salió del recinto de Travesera de les Corts con la frente muy alta. A pesar de la derrota no humilló, como unas horas antes del partido lo habría hecho Joan Laporta, ex presidente blaugrana y ahora cabeza de lista de Solidaritat Catalana.
No me hagan mucho caso, pero un conocido que vive en de la calle Muntaner esquina General Mitre me ha contado que el susodicho Joan se tuvo que agachar un par de veces para recoger la cara, porque se le iba cayendo de vergüenza cuando en la junta general le sacaron los colores y los trapos sucios por todos los excesos económicos cometidos durante sus años de mandato.
Y a propósito de junta general de accionistas: el consejo de administración del Valencia ya ha establecido fecha para la suya. Será el próximo 20-N, un sábado sabadete, en las horas previas a la visita al campo de El Madrigal. En este caso no creo que a nadie se le pueda ocurrir y pretenda impulsar la propuesta de una acción de responsabilidad por los desfases financieros que ocasionó la gestión del pasado reciente. ¿O tal vez sí?
Pero a lo que íbamos, que es el partido del miércoles, frente al Glasgow Rangers. Escocia se le ha dado bien al Valencia, dicho sea en el mejor sentido de la expresión, porque el buen whisky de la tierra nunca se le ha subido a la cabeza. Sus dos visitas a Ibrox se saldaron con sendas victorias y ahora no tiene porqué ser diferente.
162. (Las Provincias, 18 de octubre 2010)

16/10/10

Francisco Ros Casares

15/10/10

El partido con más valor

A medida que se acerca el fin de semana adquiere mayor protagonismo el Barça-Valencia. No se habla de otra cosa. Bueno, también está lo de la Esteban y el tal Fran, pero no es el caso. La atención se centra en el partido porque es el inmediato. Porque la visita al Camp Nou siempre entraña un aliciente especial. Porque los de Mestalla acuden vestidos con el maillot de líder y no quieren perderlo, y además porque quienes miran con lupa al equipo azulgrana aseguran que ni es el mismo ni juega con igual soltura que el año pasado.
Todo eso está muy bien y al partido hay que darle la importancia que tiene, que es mucha. El Valencia es el líder y está obligado a demostrarlo allá dónde vaya. Ahora mismo ganar en el Camp Nou sería la caraba. Menudo chupinazo. Todo eso es fenómeno. Pero conviene tomar una dosis de pragmatismo para que el árbol no nos impida ver el bosque, porque el miércoles, en Glasgow, hay otro partidazo no menos importante. Incluso yo diría que más trascendental.
La competición de Liga es una carrera de fondo que aún va a entrar en la séptima jornada. En cambio, del resultado del duelo con el Rangers, en el Ibrox Stadium, dependerá que el Valencia mantenga la tranquilidad y la confianza para seguir en la aventura Champions. Está en juego la segunda plaza. La que da la clasificación, prestigio y dinero.
Nadie olvida lo que avecina y por eso es muy posible que en Barcelona Unai ofrezca alguna sorpresa en la alineación. ¿4-2-3-1? ¿4-3-1-1? ¿4-3-3? Por delante de todo eso está la implicación, pero se imponen las rotaciones, e incluso la reserva de algún jugador para no perder fuelle el miércoles.
Dicho eso, al Barça no hay que dejarle pensar ni permitir que disfrute con las habituales diagonales que tanto daño hacen a los contrarios. Decirlo es sencillo. Se escribe en dos líneas, pero la práctica implica mucho más. Se trata de un enorme trabajo colectivo, como el que desarrollaron el Hércules o el Mallorca, por citar sólo a los dos que se han llevado un buen botín de un feudo que no es inexpugnable.
161. (Las Provincias, 15 de octubre de 2010)

Ricardo Costa: «Villa es un peligro, el mejor finalizador de Europa»

El portugués, que se reencontrará con el Guaje tras sufrirlo en el Mundial, avisa de que el Barça es mucho más que el asturiano

LUIS FURIÓ VALENCIA..-
Ricardo Costa no se fía un pelo del Guaje. El defensa del Valencia lo conoce bien porque ha visto muchos vídeos suyos y cuando se enfrentó a él en el Portugal-España del Mundial sufrió para marcarlo. Mañana volverá a estar frente al delantero asturiano.
Su opinión sobre Villa disipa toda duda. «Es un gran jugador, muy peligroso, y hemos de tener mucho cuidado con él. Pero no sólo yo; todos debemos de estar muy atentos», indica el luso.
Con la experiencia sudafricana ya tuvo bastante. Por eso reacciona de forma enérgica cuando se le pregunta si tiene ganas de verse las caras con Villa otra vez. «¡No! -reacciona tajante antes de romper a reír-. Si no juega, mucho mejor».
En el partido del Mundial, Villa se desenvolvió en la banda y Ricardo Costa actuó como lateral. «Antes de ese encuentro, cuando nos enfrentamos a Brasil, también jugué ahí para marcar a Robinho. Y como el partido fue bueno y las cosas me salieron bien, el técnico me volvió colocar en esa posición», recuerda el ex jugador del Lille. Ahora será diferente. En el Camp Nou regresará al eje de la fensa. «El lateral no es mi posición natural y la verdad es que no me gusta jugar ahí», reconoce Costa.
Pese a la vuelta a los orígenes, sabe que tener enfrente a Villa es garantía de permanente zozobra para cualquier defensa. Por eso tiene más que estudiados los movimientos del asturiano. «Ahora no he visto vídeos suyos, pero antes del Mundial sí lo hice. Además, lo conocía bien, porque había seguido al Valencia en muchos partidos de Liga».
Su manual de supervivencia para el Camp Nou establece una prioridad: asfixiar al ex delantero del Valencia dejándolo sin espacios. «A algunos delanteros puedes darles un metro, pero si a Villa le dejas algo de espacio, si le das medio metro, estás perdido», replica sin dudarlo.
¿Infunde más respeto Villa cuando juega por el centro o si lo hace por la banda? Ricardo Costa se sincera. Tanto monta. «Me da igual. Es un delantero tan peligroso y tiene tanta movilidad que no puedes perder la concentración porque te sorprende».
Por todo ello, si bien no se atreve a calificar a Villa como el mejor delantero europeo, sí le regala un piropo similar tras meditar unos instantes. «Yo diría que es el mejor finalizador».
El problema ante el Barcelona es que enfrente estará algo más que un delantero sideral. No hay que olvidar a Messi. «Los dos (español y argentino) son complicados de marcar. Hablamos de muy buenos jugadores».
Pero el Valencia tiene armas para salir victorioso. «Hemos de jugar igual que hasta ahora. Siempre debemos de respetar al adversario, aunque pensando más en lo nuestro». Será fundamental jugar con cabeza. Un exceso de ambición se puede pagar caro. «Es posible ir variando cosas durante el partido, según convenga, porque la filosofía del Valencia ofrece muchas alternativas».
(Publicado en Las Provincias, 15 de octubre de 2010)

14/10/10

Discrepancias internas

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.464 (13 de octubre de 2010)

Rubén Darío Ciraolo

13/10/10

La bici y el Tourmalet de la Liga

Hasta que nos adentremos en el mes de abril, el Valencia ha de cubrir muchas curvas y muchos repechos. Ha de escalar numerosos puertos, superar abundantes rampas, rebasar excesivas cuestas arriba, falsos llanos y pendientes interminables. Habrá de todo en ese largo trayecto que conduce hacia el final del campeonato y conviene estar preparado para todo.
Ahora el equipo se dispone a visitar el Camp Nou y lo va a hacer vestido de un amarillo que siempre da alas. De ese color líder que al mismo tiempo que proporciona confianza a quien lo luce, siempre supone cierta inquietud para el adversario.
Es un argumento cierto, pero incompleto porque la ascensión a este primer Tourmalet de la Liga entraña mayores exigencias que olvidarse de la rueda y mirar al frente, que es lo primero que te aconsejan cuando marchas en bicicleta. El Barça es el Barça, el camino es largo y Unai ha recordado que todavía no es tiempo de descorchar el champan y que los halagos hay que tomarlos con moderación para que no se suban a la cabeza, y con equilibrio, no sea que se enganche el calapié y acabes con los dientes en el asfalto. Está bien que lo diga el técnico y que no lo olviden los jugadores.
-Los ojos siempre adelante, sí. Pero sobre todo no corras, porque ir en bicicleta no consiste en correr.
Aunque para muchos el partido del sábado lleva camino de convertirse en un instrumento de medida de lo que pueda dar de sí el Valencia, el resultado no hará ni mejor ni peor al equipo. Sin embargo el juego que ofrezca y la disposición y actitud individual que muestren los futbolistas sí podrían considerase variables con las que establecer una evaluación, aún a sabiendas de que con treinta jornadas por delante, eso no es más que pronunciarse como un profesional consultor de asuntos sin específica denominación, que es como un amigo mío llama a los echadores de cartas.
El éxito no es sólo es ser el primero. Cuando media un abismo por la diferencia de presupuestos, la victoria se convierte en tener la suficiente capacidad para conseguir lo máximo con el potencial de que se dispone.
160. (Publicado en Las Provincias, 13 de octubre de 2010)

La placidez de Unai y Llorente

Emery debe de estar como unas castañuelas. Llevo tiempo sin hablar con él (¿qué pasa, Unai, me tienes olvidado?), pero estoy convencido de que el entrenador del Valencia está más relajado que nunca y eso ya ha empezado la cuenta atrás, que el Nou Camp está a sólo cinco días.
Pero, amigo, qué satisfacción debe de producir permanecer ahí arriba, líder, mientras unos toman ansiolíticos y otros engullen antidepresivos. Guardiola no esconde su preocupación por el rendimiento de un grupo que no acaba de arrancar y Mourinho vuelve a encontrar una diana para evitar que miren demasiado a sus jugadores.
Unai, desde su atalaya, observa el panorama y calla. Es posible que sonría observando la que cae por ahí. El entrenador del Barcelona, con menos feeling con Rosell que De Prada con Wyoming, no quiere que le menten la palabra renovación. Y en la otra acera, el técnico portugués asegura que prefiere que Zidane esté más con él y menos con Florentino.
Por aquí, en cambio, impera la serenidad. Manolo Llorente, incluso, saca a relucir su flema cuando recuerda el liderato y el escaso aprecio de la televisión pública hacia su equipo. Sin embargo se pasa de frenada cuando se despacha con un "siendo campeón, por supuesto que renovaría a Unai". ¡Faltaría más! Lo que habría que ver, amigo, llegado a ese final de campeonato, es en qué situación estaría el asunto financiero del club. Porque hay mucha tela que cortar. Quiero decir si todo seguiría igual, o si ya se habrían vendido las parcelas del viejo Mestalla, si el futuro nuevo estadio dejaría de ser un enorme monumento a la incompetencia y al ladrillo y si la Fundación que preside Társilo Piles se habría convertido en un estamento realmente democrático y plural.
Seguro que con la habilidad de sastre que Llorente tiene con las tijeras, entonces habrá conseguido más de un propósito para no tener que depender de la venta de futbolistas. Pero todo eso mirar demasiado allá. A cinco días de la séptima jornada, esas cuestiones quedan muy alejadas. ¿o demasiado próximas?
159. (Publicado en Las Provincias, 11 de octubre de 2010)

Este Valencia no va de farol

Todo apuntaba a que sin Liga habría calma chicha, con sólo los dos partidos que ha de disputar la selección española como única brisa para dar vida a los gallardetes. Pero no. De pronto llegó la voz del mediático CR7 y aireó que el Valencia es el líder y que la competición no va a ser sólo cosa de dos. Buen augurio, a pesar de que esa pareja triplica el presupuesto.
Ya que esto acaba de empezar, conviene tener más que nunca los pies en el suelo, y pese a que muchas veces es mejor pasar desapercibido, tampoco está mal que valoren el trabajo que se ha hecho y que, como suele decirse, hablen de uno aunque sea bien, porque lo habitual es lo otro.
Este Valencia no va de farol y enseguida vienen a la mente los títulos que se adjudicó en 2002 y 2004. Entonces lo hizo con 75 y 77 puntos, respectivamente, guarismos que quedan en nada si los comparamos con los que en el ejercicio pasado presentaron Barça y Madrid (99 y 96). Por eso no pierde protagonismo la sentencia de Aragonés referente a la importancia de llegar con opciones a los diez últimos partidos, que es lo que hizo el equipo para saborear la gloria.
Los aficionados no lo olvidan. En el año del primer título, a cinco partidos del final, el Valencia aventajaba al Barça en ocho puntos y era segundo, igualado al líder Real Madrid. Pero de ahí en adelante no dio tregua. Logró los quince puntos mientras que los del Bernabéu sólo anotaron la mitad.
En 2004 hubo más de lo mismo. A diez jornadas del final el Valencia estaba a cuatro puntos del líder, que también era el Real Madrid. El Barça ya se había descolgado y en ese último tramo el Osasuna, el propio Barça y el Mallorca sorprendieron en el Bernabéu en tanto que los de Benítez, a la chita callando, no desaprovecharon la oportunidad y volvieron a entonar el alirón.
Cuando llegue abril, pasará lo que tenga que pasar. Pero de momento que los rivales se vayan apretando los machos porque hoy por hoy este Valencia no va de farol. Si hasta lo dice el mediático portugués con acrónimo de quitamanchas fácil de usar.
158. (Publicado en Las Provincias, 8 de octubre de 2010)

6/10/10

Topal y Albelda, tanto monta

Alegrías y sobresaltos. El valencianismo aún estaba paladeando la convocatoria internacional de Pablo Hernández y Aritz Aduriz cuando en la Ciudad Deportiva de Paterna se encendieron las luces de emergencia. Topal, con evidentes gestos de dolor, abandonaba el entrenamiento. Hasta conocer que no se trata más que de un esguince que, eso sí, mantendrá al turco dos semanas alejado del equipo, a Unai Emery le faltó aire.
El futbolista otomano se ha convertido en una pieza fundamental del equipo valencianista, en una alternativa de David Albelda como pivote defensivo, y su baja va a significar un serio hándicap para el entrenador de Hondarribia de cara a los duelos consecutivos, en Liga en el Camp Nou frente al Barcelona (el día 16) y en Champions ante Glasgow Rangers (día 20), aunque, si se cumplen los plazos estimados por los médicos, al partido del Ibrox Stadium podría llegar justito.
Con 24 años y experiencia internacional en el Galatasaray, Mehmet aterrizó en Valencia con sigilo, sin estridencias. Su fichaje, por cuatro temporadas, supuso un desembolso de 4,5 millones de euros. La dirección deportiva le seguía desde hacía tiempo. La primera vez que Fernando Gómez lo vio en directo fue dos temporadas atrás, en un Girondins-Galatasaray de Champions, pero entonces se paralizó la trasferencia porque para cubrir esa demarcación de pivote defensivo con Albelda, Marchena, Maduro e incluso Fernández se consideraba suficiente.
El panorama, ahora, ha cambiado. Aunque los resultados determinan que Unai acierta en las rotaciones, porque juegue quien juegue el rendimiento es favorable, Marchena ya no está y aparte de que Maduro se encuentra lesionado, él lo prefiere como central. Eso limita a dos, Albelda y Topal, el pivote defensivo. Y como el turco permanecerá dos semanas en la enfermería, la responsabilidad de ofrecer un buen rendimiento en el duelo del Camp Nou volverá a recaer en el valenciano. Hoy por hoy, tanto monta, y eso es lo mejor que le puede pasar al equipo.
157. (Las Provincias, 6 de octubre de 2010)

5/10/10

¡Me parto y me mondo!

Valencia Fruits, nº 2.463 (5 de octubre de 2010)

4/10/10

El Valencia, el Yin y el Yang

En el fútbol hay muchas situaciones que tienen un valor superior al que en determinado momento aparentan. Sin ir más lejos, el liderato que ocupa el Valencia ahora mismo es un privilegio. Estar arriba siempre representa un honor aunque, sobra aclararlo, la cotización no tiene nada que ver si se produce en la quinta jornada o en la trigésimo octava. Sí. Por delante queda una larguísima travesía pero con una semana de parón liguero, el último resultado del equipo de Unai reporta una tranquilidad que aunque, especialmente desde la meseta le dan poca trascendencia, muchos la quisieran para sí. Además, punto a punto se está tejiendo un colchón que evitará sufrimientos cuando lleguen los momentos de debilidad.
El Valencia de esta temporada es diferente al de los últimos años. Inicia los partidos con otra mentalidad. Con hambre de victoria. El yin y el yang. Este y el del pasado reciente son tan distintos como lo fue el juego que desarrolló en el primer y el segundo tiempo del partido del sábado, que todo hay que decirlo. Al concluir el encuentro mi buen amigo Jordi recordó a Stevenson y comparó al equipo con el doctor Jekyll y el señor Hyde. La noche y día, cierto. Pero fue la una victoria de las que sólo consiguen quienes tienen hechuras de campeón, esos que ganan incluso si juegan mal.
Tirón de orejas aparte, el Valencia arrancó el ejercicio sin destacados laureles individuales pero los está compensando con un buen comportamiento colectivo, que a la larga es mejor. No importa si juega este o juega el otro. Ya no se habla de dependencia de los que no están, a pesar de que cuando se desaprovechan tantas ocasiones de gol como sucedió el sábado, siempre habrá quien los eche de menos.
Pero este Valencia es diferente aquél. Quizá más parecido al de 2003 que tanto se ha añorado. El arranque es similar al del equipo que, como todo un detalle, le compraron un sofá y una lámpara para que echara a rodar. En estas fechas también era un líder al que, como ahora, muchos subestimaban. A veces puede ser bueno que se olviden de uno.
156. (Las Provincias, 4 de octubre de 2010)

3/10/10

Roberto Soldado

1/10/10

Unai, Ferguson y la realidad

Hay realidades y realidades. El Manchester United sacó el máximo provecho de su mínimo esfuerzo ofensivo y ganó en Mestalla. Eso es una. El Valencia no fue inferior y por lo tanto no mereció el castigo. Otra. Y hay más. La huelga general no fue tan general. Los sindicatos hablaron de democracia, pero los piquetes se atrincheraron en la violencia. Los mercados bursátiles esperan medidas para que se reanime la economía. Shakira sigue moviendo las caderas que no veas. Mi primo ya no tiene tanto dolor en el tobillo...
Deberíamos diferenciar las realidades objetivas, las de los estímulos que percibimos, y las que llevan un tinte subjetivo. Lo del cristal con que se mira. Seguro que el admirado Punset lo explicaría a las mil maravillas, con eso de la intercomunicación de las neuronas y el cortex cerebral, que me encanta pero que nunca acabo de entender.
La realidad de Unai Emery no es la misma que la de Alex Ferguson, a pesar de que al don y al sir les une y hablan el mismo idioma deportivo. Pero si les pudiéramos sentar en torno a un café, seguro que no estarían de acuerdo en que un empate hubiera sido lo más justo. Después de ganar, a ver quién admite que no lo mereció.
Sin embargo, los dos entrenadores probablemente coincidirían en la importancia que tuvieron los cambios del segundo periodo. Cuando el de Hondarribia dio paso a Aduriz, metió al equipo en harina y a la vez espoleó el apoyo de la grada. Un relevo con doble valor. Como sucedió con los del escocés, porque en el gol de los tres puntos intervinieron de forma decisiva 'Chicharito' Hernández y el recién incorporado Macheda.
Son realidades distintas. Cada uno utiliza la imaginación para crear a su gusto lo que se desea. A pesar de que los tres puntos volaron para Manchester, cada uno tiene su realidad. Como Méndez y Toxo, y el Gobierno. Los sindicatos han dicho que la huelga fue secundada por el setenta por ciento y la réplica es que no participó ni el diez. Pues eso. El Valencia mereció algo más y el United algo menos.
155.(Las Provincias, 1 de octubre de 2010)