29/1/10

David Silva

Tanques para Sevilla

Si el doctor Candel consigue hacerse con el virus gripal que ha provocado la fiebre que ayer le impidió a Carlos Marchena entrenarse, Unai Emery podrá contar con el internacional andaluz para formar con David Albelda la pareja de mediocentros que marque la pauta en Sevilla.

Dos hombres y un destino. Dos tanques para dar un golpe de efecto en la lucha por la tercera plaza, porque aparte de poder seguir mirando hacia arriba, el Valencia está en condiciones de aumentar las diferencias con sus perseguidores.

De la misma manera que ocurrió en un par de ocasiones en las que el equipo necesitaba fortalecer la línea medular para traerse los puntos de Pamplona y Bilbao, Albelda y Marchena serían los encargados de poner tasa al medio campo del Sánchez Pizjuán, que forman Renato y el marfileño Zokora.

Unai sabe que este partido vale más del doble de los puntos que hay en juego.
Siete. Los tres que supondrían la victoria, otros tres que no sumaría el contrario, y uno más por la diferencia de goles. Es, como ha reconocido Kanouté, poner mucha tierra por medio con el que está llamado a ser el principal rival en esa lucha. De ahí la importancia de dejar atrás el fantasma de Tenerife y volver a ponerse el traje de torbellino.

No se puede perder el tren en el arranque de la segunda vuelta. Hay que llegar a tiempo a la estación. Oportunidades así no se presentan todos los días y si el Valencia quiere ser algo en esta Liga debe de ratificar que lo de Valladolid, Almería, Málaga, Pamplona o Bilbao no fueron espejismos.

Y mientras, a la sombra del decisivo partido de Sevilla, Manuel Fernandes hace las maletas para emprender viaje a Milán. El jugador portugués, lesionado buena parte de la primera vuelta, apenas ha contado después para Unai, hasta el extremo que venía reclamando una cesión. ¡Cómo se nota que el Mundial está a la vuelta de la esquina y algunos no quieren perdérselo!

Si cuando el equipo estaba en tres competiciones Fernandes fue un cero a la izquierda (26 minutos en Liga, 11 en la UEFA y 105 en la Copa), su presencia ahora resulta más que prescindible, aparte de que con su salida el club se va ahorrar la mitad de la ficha, es decir, 750.000 euros.

51. (Publicado en Las Provincias, el 29-1-2012)

27/1/10

Fondo de armario

Cuando a Unai Emery se le cuestiona de forma reiterada, a veces con ensañamiento, porque no acierta en las sustituciones o en las rotaciones, enseguida me viene a la mente ese término que de un tiempo a esta parte se ha puesto tan de moda: el fondo de armario. El ropero básico con el que una persona puede atender todas las necesidades de vestuario que se le presenten, bien sea en el día a día, en el entorno laboral, familiar o social.

En más de una oportunidad el entrenador del Valencia se habrá planteado si realmente dispone de buen guardarropa para acudir a todos los eventos, porque ha habido muchas ocasiones en las que demoró los cambios o, como en Tenerife, los llevó a cabo con un marcado carácter conservador.

Dejando aparte el batacazo del Valencia en la Copa de la Rey (sin olvidarlo) y que el juego del equipo no encandila, a Unai no se le debería cuestionar, porque ha terminado la primera vuelta del torneo de la regularidad con aires de equipo campeón. Brillante. Lo dicen los números. En otras circunstancias, esos mismos guarismos servirían para que el Valencia se hubiera encaramado a la cumbre.

Pero dicho lo dicho, hay que volver a lo del fondo de armario. A las sustituciones y a las dudas del técnico cada vez que ha de tomar la decisión. Que hay titubeo es evidente, aunque no queda claro si la incertidumbre se debe a una indecisión o a que no dispone de suficiente plantilla. En todo caso, a lo largo del campeonato ha habido carencias y escasas variantes. Desde el déficit en los laterales a las lagunas en el medio centro ofensivo y media punta, y la ausencia de alternativa en la referencia ofensiva.

Unai no ha acertado con las prendas elegidas para llevar a cabo las suficientes variaciones con las que cubrir todas las necesidades que se le han presentado.

Puede ser porque no tiene un fondo de armario como él quisiera o, porque teniéndolo, carece de gusto y de un Josemi que le asesore, y se planta una americana de lana fría de gales con una camisa afelpada de leñador y una corbata estampada. Vamos, lo de un Cristo con pistolas.

50. (Las Provincias, 27 de enero de 2010)

25/1/10

En el Juzgado

Esto me lo ha enviado mi amigo Paco's y me he partido el orto

El exceso y el defecto

Cuando una competición alcanza su ecuador, es un buen momento para el análisis. Si desde que empieza el torneo surgen discusiones a diario, qué no se va a hacer transcurridas diecinueve jornadas. Casi se podría decir que lo exige el guión. La coyuntura no sólo obliga a desglosar el pasado reciente, sino que invita a hacer prospecciones en el futuro inmediato.

El Valencia ha despedido la primera vuelta de la Liga con un empate sin goles en Tenerife, un marcador que a nadie ha dejado indiferente. Sería de necios negar el valor a un cero a cero en campo ajeno, aunque por la entidad del rival y las circunstancias que concurrían, es un punto que apenas deja sabor.

Bajo la premisa de que el Valencia ha obtenido buena nota al concluir el examen parcial, que sigue sin perder como visitante («Hay que ser torito en casa y torazo en campo ajeno», pregonó una vez Di Stéfano parafraseando el Martín Fierro) y que el equipo muestra hechuras de alternativa, no se puede pasar por alto que ayer desaprovechó una gran oportunidad para reafirmar esa condición y, a la vez, meter mayor presión al Real Madrid y más tierra por medio a sus seguidores. Sobre todo porque en la próxima jornada ha de visitar el Sánchez Pizjuán.

El empate de Tenerife hace fruncir el ceño y torcer el morro. El equipo más en forma en las salidas, que es además el segundo más efectivo ante el marco rival, fue incapaz de hacer daño a un enemigo que huele a Segunda y que llevaba una decena de compromisos sin dejar a cero su portería.

¡Que sí, que vale, que todo lo que sea sumar es bueno! Pero, amigo, para alcanzar el propósito a veces hay que exponer un poquito, ¿eh? El Valencia adoleció de falta de ambición. Unai fue más conservador que Cánovas del Castillo. Los relevos no mostraron un talante progresista. Una cosa es buscar la contención y otra muy diferente ser ambicioso. Se puede pecar por defecto y por exceso. Aunque no conviene quejarse de lo que otro día se puede echar de menos, no sé si es preferible un punto de sutura que uno así de soso.

49. (Las Provincias, 25 de enero de 2010)

Bernardo España, "Españeta"

22/1/10

Albelda y el Mundial

Un triunfador es esa persona que cada mañana se levanta y busca las circunstancias, y si no las encuentra, va y las crea. Lo dijo un pensador y seguramente Albelda ha hecho suya la máxima para su satisfacción y la del Valencia, y para que se entretengan en un debate quienes le aplauden y quienes no, que de todo hay en la viña del Señor.

Cumplidos 32 años, el futbolista de La Pobla Llarga ha alcanzado ese escalón que en términos deportivos se llama segunda juventud. Cargado de experiencia y con suficiente fuerza e ilusión para emprender nuevos objetivos, Albelda ha vuelto a ser el pulmón del Valencia y el equipo y la grada lo agradecen.

Su trayectoria, igual que no pasa desapercibida para los aficionados, tampoco la ignora Vicente del Bosque, porque en un año mundialista el seleccionador nacional de fútbol ha de contar con los mejores, con los que en mejor forma estén para defender el prestigio que la roja se ha ganado a pulso. Y Albelda está en ese nivel. El domingo, en Mestalla, el técnico salmantino pudo ver el rendimiento que ofrece Albelda, el momento dulce que atraviesa.

Por eso no es descabellado que muchos piensen en el valencianista para Suráfrica, del mismo modo que hace dos años se entendió lógica su ausencia de la Eurocopa, porque Koeman (respaldado por Juan Soler) le había cercenado las alas y el obligado descanso le hizo perder el ritmo de la competición.

Del Bosque no tiene mucho donde elegir para cubrir el puesto de mediocentro de contención. Haces números y son habas contadas. Senna (Villarreal), que no está en su mejor nivel, y el joven Busquets (Barça). Y punto, porque los Xavi (Barça), Cesc (Arsenal) o Alonso (Real Madrid) son jugadores de características diferentes, de más creación. Además, echando un vistazo al resto de los equipos.

Albelda calla y trabaja. No sabe hacer otra cosa. Es lo que siempre ha hecho, desde que en 2001 debutó con el equipo absoluto. Nadie le ha regalado nada. Lo que se ha ganado, lo ha hecho a pulso. Cincuenta y un partidos con la roja lo contemplan y si no pierde el paso seguro que no le resultará complicado aumentar la cifra. Desde luego, si yo fuera él me actualizaría el pasaporte...

48. (Las Provincias, 21 de enero de 2010)

20/1/10

El futuro de Unai

Los debates están de moda. Las discusiones forman parte del deporte nacional. Nos gusta la polémica y nos resulta fácil enzarzarnos en litigios superfluos (¿La Esteban o la Campanario?), aunque luego pasemos de puntillas por asuntos de interés, justificando que quedan demasiado lejos, a pesar de que la tele nos los acerque en cada telediario.

Más discusiones que es la guerra. Desde las inquietantes, como la que genera el endurecimiento de la ley del tabaco que incomoda a los hosteleros (tanto como a los que están enganchados a los cigarrillos), hasta la de la fiesta nacional (toros sí, toros no), e incluso las banales, como dilucidar si se consigue un mayor alargamiento con el 'Jess Extender' que con el 'Made Edge', que alguien lo habrá discutido.

Nos gusta polemizar y la continuidad de Unai en el Valencia no podía quedar fuera de las controversias. ¿El consejo de administración debe de renovar ya el contrato al entrenador? La pregunta surge sin necesidad de que, como ayer, se reúnan los dirigentes. Hay ansiedad por saber la respuesta. ¿Debe decidirse hoy? ¿Mañana? ¿Antes de Fallas?

Quiero suponer que los dirigentes del Valencia tienen las ideas muy claras y que saben a dónde quieren llegar, aunque no se hayan pronunciado y eso entrañe la lectura de que existe un distanciamiento con el técnico. Pero al mismo tiempo hay que pensar que éste también debe tener un futuro preconcebido.

En esa génesis de la esperada noticia, antes del 'cuándo', habría que plantearse el 'por qué' , pues la continuidad del entrenador debe ser directamente proporcional a la confianza que en él depositen sus jefes. Poco eficaz resultaría encender ahora la luz verde para en el inicio de la siguiente campaña caer en errores del pasado. Tan absurdo como decir que hay renovar a Unai por el 4-1 ante el Villarreal o discutir lo contrario por la decepción en Riazor. La decisión ha de ser muy meditada. No se puede errar. Está en juego algo más que el futuro del entrenador; el del Valencia.

47. (Las Provincias, 20 de enero de 2010)

16/1/10

Alexis Ruano

15/1/10

A Unai se le pega el arroz

Si Unai fuera cocinero, habría que decir que algunas veces se le pega el arroz. Esta vez al aprendiz de Arguiñano se le agarró el lacón con grelos. Tufo a socarrado en Riazor. Al vasco no se le dio bien el pote gallego y al valencianismo no le consuela que Barça, Madrid, Villarreal o Liverpool dijeran también un adiós anticipado a la Copa. No es un alivio. En todo caso, el consuelo de los tontos. Algo así como decir que a uno de los cuatro millones de parados que Celestino Corbacho tiene en nómina le conforta saber que no es sólo él quien va a tener que hacer equilibrios en el alambre para acabar o continuar el mes.

El prometedor 'yes we can' que Unai nos hizo entonar camino de La Coruña obliga ahora a echar mano de ese término, políticamente en desuso, llamado 'cantar la palinodia': retractarse públicamente de lo que se ha dicho. El entrenador del Valencia nos vendió una burra con dentadura postiza y se la compramos, aunque acabó por echar a la basura la 'final'. Como las que, con ventaja en el marcador, desaprovechó la temporada pasada en el Bernabéu o en el Sánchez Pizjuán.

A pesar del mensaje de confianza, el once de Riazor delató que el técnico estaba más pendiente del derbi del domingo con el Villarreal que del compromiso con el Deportivo. Y eso que Lotina apenas utilizó cinco titulares.
Con rotaciones sorprendentes, el Valencia llegó al descanso con un 0-2 de esperanza. Pero ahí se acabó todo. Unai no tuvo carácter para, como hizo en Jerez con Mathieu, sentar inmediatamente a un Miguel que parecía llevar la camiseta blanquiazul, ni tras los goles de Filipe y Rodríguez demostró capacidad de reacción, porque el acceso de Villa lo decidió casi cuando Mejuto iba a señalar el camino de la ducha.

Fallos individuales, colectivos y de dirección, el desenlace fue que el Valencia desaprovechó una oportunidad pintiparada. Con tanta comparsa en los emparejamientos, avanzar en febrero hacia la semifinal de la Copa, dejando atrás a un Sevilla mermado por las ausencias de Kanouté, Luis Fabiano o Adriano, hubiera sido un regalo.

46. (Las Provincias, 15 de enero de 2010)

13/1/10

¿Nacionalismo o nazionalismo?

(Valencia-Fruits, nº 2.429, 12 de enero de 2010)

Yes, we can

Unai Emery pretende avivar el fuego valencianista para que la Copa del Rey no acabe por pasarle factura. Capacidad, ilusión e historia son los tres argumentos que esgrime el técnico de Fuenterrabía para echar mano por unas horas del 'yes, we can', aquel eslogan que popularizó Barack Obama durante las primarias de la campaña que le llevó a la presidencia de los Estados Unidos. Él también quiere salir por la puerta grande.

De la rueda de prensa que el técnico del Valencia ofreció antes del desplazamiento a La Coruña aún me queda en la retina su inicial imagen dubitativa cuando alguien le preguntó si el partido de hoy se podía considerar un desafío, que yo creo que lo es. Antes de irse por las ramas, mantuvo unos eternos segundos de silencio.

Pero no pareció un silencio de inseguridad. Más bien pudo ser sigilo de precaución, para ganar tiempo y meditar la respuesta, no fuera que alguien le malinterpretara, porque dadas las dificultades y lo que se avecina, se podría pensar que el Valencia debería centrarse exclusivamente en asegurar la clasificación para la próxima edición de la Champions. Por eso Unai, más que nunca, se cogió al clavo ardiendo y habló del 'si, podemos' y del 'no contemplamos más que la posibilidad de ganar en Riazor'.

Buena parte de su crédito ante una afición dividida pasa por lo que ocurra allí. El valencianismo todavía no ha asimilado que se pueda echar directamente a la basura el acceso a los cuartos de final de la Copa, siendo que por la estructura resultaba muy fácil ilusionarse y creer que no sería complicado llegar lejos en la competición. Unai tiene la misión de despejar incógnitas.

El objetivo es muy complicado porque obliga a marcar dos goles a un rival que, de la mano del viejo zorro Lotina, forja todo su potencial en la fortaleza defensiva. Echando un vistazo a los resultados de esta temporada, sólo Barça (1-3) y Espanyol (2-3) han sido capaces de ganar en este escenario con una diferencia de goles como la que necesita el Valencia para seguir vivo en el torneo. Unai cree que se puede ser. Sólo hace falta que convenza a sus jugadores.

45. (Las Provincias, 13 de enero de 2010)

11/1/10

Modelo y abuso

No es la primera vez que se dice que las opiniones sobre los partidos de fútbol siempre están condicionadas por los resultados; que cuando un equipo gana todo son parabienes y alabanzas y cuando pierde se suceden las críticas y los reproches.

Con el triunfo que el Valencia logró ayer en Xerez podría pasar lo mismo, porque dentro de unos años, o simplemente unos meses, nadie se acordará más que del 1-3; que el equipo encadenó la séptima victoria como visitante y que con 35 puntos se afianzó en la tercera plaza de la clasificación.

Pero no. Me resisto a dejar correr el agua, aunque alguien me dirá que no debería permitir que los árboles me impidieran ver el bosque; que la visita al campo del colista tendría que observarse en su conjunto, obviando los detalles.

Sin embargo no puedo acceder, porque el Valencia, gallito aspirante a disputar la hegemonía de Barça y Real Madrid, se enfrentaba a un equipo sólo voluntad, que ya es carne de Segunda. Se medía al último de la fila, a un rival que en diecisiete jornadas ha sido incapaz de sumar algo más que siete puntos (una victoria y cuatro empates), únicamente había marcado seis goles y encajado 29.

En un análisis global del partido a botepronto, el gallito no sale bien parado. ¡Qué va! El primer tiempo fue de apatía y hubo demasiados momentos de inquietud. Aburrimiento al margen, hasta llegar a escasos veinte minutos de final, cuando Marchena hizo el 1-3, la sensación fue de inseguridad, de que podía ocurrir lo que sucedió frente al Sporting, Atlético, Mallorca, o en Lille y Praga, en la Europa League. Que la falta de implicación acabara presentando la correspondiente factura.

No estaría de más que antes de viajar a La Coruña el entrenador hiciera un acto de contrición. El Valencia ganó en Jerez porque el rival fue un cero a la izquierda. Se impuso la calidad individual. Las asistencias de Éver, la habilidad de Mata y Silva y la experiencia de Marchena, unida a la gentileza de los defensas rivales. Lo mejor, lo único, fue el resultado. La victoria. El resto, para olvidar. Como dijo no sé quien, nadie es perfecto, pero el Valencia a veces abusa.

44. (Las Provincias, 12 de enero de 2010)

9/1/10

Jorge Candel

8/1/10

Lo que manda en el fútbol

Los resultados mandan. Se trata de una máxima del fútbol que a veces tratamos de disfrazarla de lo que sea, porque se vuelve en contra de quienes consideramos que por encima de cualquier marcador adverso siempre debe prevalecer el proyecto.

Pero, claro, cuando un equipo roza los despropósitos y pone en el borde de la cornisa un torneo, obliga a plantar las orejas y a agudizar el olfato. En esos casos siempre hay un tufo de que algo no funciona.

Resulta evidente que a toro pasado es muy fácil y cómodo poner los puntos sobre las íes y que además se corre el riesgo de que el listillo de turno nos recuerde el viejo axioma que popularizó Ranieri sobre el sexo de su tía. Pero cuando las situaciones sorprenden e incluso chirrían desde el inicio, los interrogantes se suceden.

Frente al Dépor el Valencia sorprendió para mal. Por muchas cosas. Por ejemplo, por el cambio de sistema para dar acceso a Zigic, que hasta no contaba. Su presencia fue el tributo de Emery al gol que aquél marcó al Espanyol.

Pero hubo más. Otra sorpresa fue ver a Albelda en el banquillo, siendo que no podrá jugar el domingo en Jerez, por sanción; o que después de un primer tiempo penoso, Unai no adoptara decisiones inmediatas, y que cuando el equipo iba por detrás en el marcador, precisamente en ese momento, prescindiera del delantero serbio...

En las últimas semana en muchos foros se ha hablado de la conveniencia o no de ampliar el contrato al entrenador y me viene a la memoria la teoría de un amigo que siempre dice eso de «si me lo preguntas esta semana te digo que sí, pero es la siguiente te diré que no». No debe extrañar la postura, por la imagen que ofrece el equipo cuando juega de local o lo hace de visitante.

Encuentro de Liga con el Xerez aparte, muchas miradas ya están puestas en Riazor, donde el jueves el Valencia ha de dar la cara. Allí Emery tiene la oportunidad de recuperar algo del crédito perdido para que no se enfade ni su jefe ni la afición. En fútbol los resultados mandan... a veces, a los entrenadores a su casa.

43. (Las Provincias, 8 de enero de 2010)

7/1/10

Petición y destino

Hace ya demasiado tiempo que mis cartas a los Reyes Magos son recuerdos del pasado. Pero aún así, cada seis de enero, desde hace años, al despertarle mantengo un breve silencio de inmovilidad para poder escuchar mejor si sus majestades todavía están en el salón, tomándose las copitas de coñac y disfrutando de los habanos que les había preparado como detalle y contraprestación por sus regalos.

Poco después, desde hace años también, ya con la familia en torno a los obsequios, llega el momento de poner cara de sorpresa cuando te corresponde el turno de desenvolver el paquete que contiene los calcetines, la corbata o el del último best seller de Dan Brown, que curiosamente unos días antes alguien cargó en la cuenta conjunta de la tarjeta 'del corte'. Pero la ilusión es la ilusión y uno se complace con el autoengaño.

En el Valencia, un club que va camino del siglo de existencia, eso no pasa. La objetividad es su bandera con la que se ha abierto paso y ha adelantado a las fantasías del pasado reciente. Ayer leí en estas mismas páginas las hipotéticas cartas que habían escrito Unai, Llorente y David Villa. Los tres tienen las ideas muy claras. Saben lo que piden y lo que pueden recibir. En el club blanquinegro todos sueñan en alcanzar un título, anhelan acabar la temporada en puestos de Champions, ansían acelerar las obras del nuevo estadio y encontrar un comprador para las parcelas de Mestalla.

No se trata de hologramas. Ni quimeras ni alucinaciones. Son objetivos perfectamente realizables, y como el club se desenvuelve dentro de los parámetros de la coherencia, invita al optimismo. La maquinaria trabaja para llegar a esa meta. En lo social la nave sigue las pautas que establece la hoja de ruta y en lo deportivo el equipo ha iniciado el nuevo año como tercero de la Liga, vivo y coleando en la UEFA League y con las baterías cargadas hoy afronta el primer round de los octavos de la Copa.

Por eso la carta del Valencia a los Reyes Magos, más que una petición establece un destino. Aunque algunos puedan pensarlo, no es ningún sueño. Este Valencia no se quiere detener en ilusiones.

42. (Publucado en Las Provincias, 6 de enero de 2010)

4/1/10

Zigic, espinas y laurel

A lo mejor habría que empezar llamándolo por su nombre. Oportunismo. En unas horas en Valencia no se ha hecho otra cosa que conjugar el verbo subirse al carro. ¡Lo que hace un gol! Yo me subo al carro, tú te subes al carro, él se sube al carro... Desde la noche del sábado, Nikola Zigic ha multiplicado por cien el número de amigos en su facebook. Y venga palmaditas en la espalda, aunque sea haciendo puntillas, porque el delantero mide lo que mide.

Los que apenas hace dos telediarios pedían su cabeza, dispuestos a sufragar una corona de espinas, ahora se apresuran a ponerle los laureles en la frente. Son los mismos que le calificaban de conformista por no acceder a una cesión quienes después del gol al Espanyol destacan su fortaleza de carácter, su profesionalidad y su pundonor. ¡Flores a María! Y mientras, Nikola, sonríe. Oiga, que yo no soy tonto, aunque no sea cliente de 'mediamark'.

De cualquier forma bien está que se valore el trabajo de Zigic, porque echando un vistazo a las estadísticas se observa que en apenas un centenar de minutos de participación en la Liga (repartidos en cinco encuentros), el espigado delantero ha dado nueve puntos al Valencia. Fue el autor del 0-1 en Santander, propició en San Mamés el error de Iraizoz para que Mathieu lograra el 1-2, y el sábado, casi camino de la ducha, deshizo el empate inicial para desesperación de Pochettino y sus 'periquitos'.

Me apunto a lo que esa misma noche dijo el entrañable Quique Sánchez Flores respecto al también apurado triunfo del Atlético, por un gol de Antonio López en el último suspiro del lance. 'El equipo y la afición necesitan estos impulsos emocionales'. ¡Y tanto!

El gol siempre es el mejor estímulo para un delantero. Es su alimento. Zigic ha sabido hacer oídos sordos a las críticas, a más de un feo de Emery y ha soportado con elegancia una comitiva de aduladores. Como siempre, sin perder la sonrisa, arropado por el que dice que es el mejor incentivo: su esposa Sanja y su pequeña Milica, a la que dedicó el gol. ¡Faltaría más! ¿A quién si no? ¡A la niña de sus ojos!

41. (Las Provincias, 4 de enero de 2010)

2/1/10

Bruno Saltor